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1. Valorar las emociones
El primer paso para comprender a los demás es entender nuestras propias emociones y actitudes. Nuestros hijos tienen que conocer y dar importancia a sus emociones y nosotros les podemos ayudar hablando con ellos e intentando que las verbalicen. Por ejemplo, podemos preguntarle la razón por la que está triste o enfadado. Una vez que comprendan sus emociones será más fácil que entiendan los problemas de los demás. Si ven que un compañero está triste o enfadado comprenderán su actitud porque ellos también han sentido las mismas emociones.
2. Hablar de sus sentimientos
Otra buena idea es elegir un momento al día para hablar de lo que les ha ocurrido en la jornada. Por ejemplo, la cena puede ser el lugar perfecto. Podemos preguntarle por lo que le ha ocurrido durante el día en el colegio e intentar enseñarles a pensar en los problemas de los demás. Por ejemplo, si nos cuenta que ha pegado a un compañero porque le ha quitado el balón en el patio o que se ha enfadado porque alguno se ha metido con él, tenemos que ayudarle a pensar en una solución. Al día siguiente podrá hablar con su compañero e intentar arreglar sus problemas. Si le castigamos no solucionaremos el problema. El castigo solo logra que los niños se porten bien por miedo. Es más efectivo obligarle a hablar con su compañero y pedirle perdón.
3. Fomentar la cooperación
Si queremos que nuestro hijo desarrolle la empatía, una buena idea es intentar que coopere en las tareas de la casa. Por ejemplo, que aprenda a recoger la habitación todas las tardes con sus hermanos o a poner la mesa para la cena. Incluso llegará un día en el que él mismo se ofrecerá para realizar esas tareas. También tenemos que fomentar que trabaje en equipo con sus compañeros de clase y que les ayude cuando le necesitan.
4. Actividades positivas
Otro consejo es hacer en casa actividades que puedan resultar positivas para todos y que les ayuden a preocuparse por los demás. Podemos crear situaciones en las que nuestros hijos puedan ponerse en la piel de los otros como esos vecinos que tienen problemas económicos, ese compañero que tiene a su padre enfermo o ese abuelo que vive solo en el piso de al lado. Le ayudará a valorar la solidaridad de su familia y a pensar en los problemas de los demás. Incluso entre todos podemos pensar en alguna acción para ayudar a estas personas que lo están pasando mal.
5. Actividades extraescolares
Los deportes de equipo son una buena forma de fomentar el compañerismo y el trabajo en grupo. Podemos apuntarles a actividades extraescolares que fomenten la empatía con niños de su misma edad como el fútbol, el baloncesto o el ballet. Actividades en las que es importante el trabajo en equipo para lograr el éxito.