Respuestas
Respuesta:
Los mayas formaron una unidad cultural, pero a nivel político nunca tuvieron un Estado único, sino
que cada ciudad era un Estado independiente con leyes y gobiernos propios dirigidos por un Halac
Uinic o “Gran Señor” de cada ciudad sagrada. El cargo de “Gran Señor” era hereditario, lo ocupaba
el hijo mayor en primera instancia o el hermano mayor. Cuando el señor era elegido, debía ser PRECLÁSICO
• El período
Preclásico
(1600 a.C.-250
d.C.)
Durante
aproximadamente
1.500 años, las
primeras
comunidades
mayas estuvieron
ubicadas cerca al
océano Pacífico,
donde se
dedicaron a la
recolección de
frutos, la caza y la
pesca. Para el año
1600 a.C.,
migraron hacia la
península de
Yucatán donde
cultivaron maíz,
fundaron ciudades
como Tikal y
Copán y
construyeron
templos y
pirámides. La
influencia de los
olmecas sobre los
mayas fue notoria,
ya que de ellos
tomaron el
calendario y la
escritura.
CLÁSICO
• El período Clásico
(250-1000 d.C.)
Fue la época de mayor
desarrollo científico y
político de los mayas. Se
destacaron por sus
adelantos en astronomía,
sus calendarios, su escritura
y sus conocimientos
matemáticos.
Los mayas lograron avances
en las técnicas agrícolas,
como el empleo de canales
de riego y terrazas para
aumentar la producción de
alimentos.
Las ciudades concentraron
grandes poblaciones y se
constituyeron en centros
administrativos, siendo los
más importantes
Bonampak, Palenque y
Uxmal. En estas ciudades,
se construyeron edificios,
pirámides y monumentos.
Tuvieron un gobierno
teocrático, dirigido por un
rey y unos sacerdotes,
quienes se encargaban de
los ritos religiosos, la
construcción de grandes
obras y la producción
agrícola.
En el año 800, las ciudades
mayas entraron en
decadencia y fueron
abandonadas.
POSCLÁSICO
• El período
Posclásico
(1000-1450)
En el año 1000,
los toltecas se
instalaron en la
ciudad de Chichén
Itzá. Allí, se
estableció un
sector militar que
sometió a las
poblaciones
vecinas y les
impuso grandes
tributos.
En el año 1300,
una alianza entre
las ciudades de
Izamal y
Mayapán derrotó
la tiranía de
Chichén Itzá.
Mayapán fue el
centro político de
la región entre los
años 1300 y
1450, cuando
cayó en
decadencia.
asesorado por el consejo de sacerdotes y señores, para que cumpliera a cabalidad y dirigiera las
funciones religiosas y militares. Las comunidades estaban perfectamente estructuradas y
jerarquizadas. Los privilegios eran para las clases superiores. El conocimiento de la escritura
únicamente estaba al alcance de la nobleza y el grupo sacerdotal.
A partir de estos privilegios, se puede afirmar que los mayas, tenían dinastías, puesto que las familias
reales tenían garantizado su bienestar, prosperidad, seguridad y poder de generación en generación.
Por otro lado, se afianzaba la idea de que los integrantes de estas familias eran seres
sagrados; por tanto, no se permitía que el poder fuese ostentado por otras clases sociales de la
ciudad.
El poder de estas familias solo se perdía cuando la ciudad era invadida o conquistada. Cuando se
presentaba esta situación, a los máximos gobernantes los capturaban para ser derrotados y
sometidos y en algunas oportunidades lo torturaban hasta la muerte. Socialmente, después del “Gran
Señor”, seguían los cargos dirigidos por la nobleza, donde aparecen varios niveles dedicados a hacer
cumplir la voluntad del jefe. Entre ellos estaban los procuradores que se encargaban de dirigir la
casa del pueblo llamada Popolina, en donde se realizaban reuniones para discutir los problemas de
los habitantes, además de prepararse las ceremonias y actos religiosos. Después estaba el alguacil,
quien ejecutaba las órdenes de sus superiores en caso de guerra.
El Nacom o jefe militar tomaba el mando de las tropas. Los nombres de las ciudades rememoraban
el poder y la grandeza. Cuando se heredaba el poder de una ciudad maya, sus gobernantes les
asignaban nombres de importantes personajes del pasado para recordar la grandeza del
poder que ellos manejaron y así lograr mantener la ascendencia original.
Con este pensamiento, se intentaba devolver a los habitantes de la ciudad, la confianza para retomar
el poder con mayor seguridad y solidez que en el gobierno anterior.