a) ¿Cómo explica la cultura makiritare el origen de los seres humanos?​

Respuestas

Respuesta dada por: rocaredondol
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Respuesta:

Los yekuana son un pueblo indígena de la familia Caribe. Son también conocidos como maquiritare (también transliterado como makiritare). Su idioma también se llama yekuana

Respuesta dada por: leonlaurasofia8
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Respuesta:

Wannadi y Odosha:

Para entender la mitología yekuana, primero hay que saber el dualismo planteado entre sus dos divinidades principales: Wannadi, el hijo del sol, dios de la luz y la vida, es el creador del todo, representado por el avatar del pájaro carpintero real. Después de crear el mundo, soñó con una madre, y esta madre existió y lo dio a luz. De esa placenta, que se dejó sin cuidado en la tierra, de la pudredumbre y los gusanos, nació Odosha, el señor de toda la oscuridad. Este odió a Wannadi, y decidió desde entonces destruir su creación y dominarlo todo. Tanto odio y corrupción terminó poniendo Odosha en el mundo, que Wannadi se vio obligado a retirarse a los cielos, llevándose consigo a todos los espíritus sabios.

Cosmogonía:

La religión yekuana tiene una de las mitologías más completas de las culturas latinoamericanas.

El dios creador, Wannadi, creó un universo en el que la Tierra tiene una forma redonda y plana, con un inframundo dividido en tres secciones: Uno es el espacio de las aguas, donde viven las gentes de las aguas, especialmente los mawadi (la gente serpiente) cuyo huhai se llama Huiio, Madre de los Ríos, Dueña del Agua, es una serpiente arcoíris que trae las lluvias y es la hermana de Nuna. También están las cavernas donde viven los espirítus neutrales, y Hoiohiña, los espacios de la absoluta oscuridad, donde viven los odoshankomos, que son los espíritus del mal que sirven a Odosha, la personificación de la oscuridad.

Sobre esta tierra con forma cilíndrica se encuentra toda el espacio celestial con forma cónica, dividido en ocho cielos, siendo cada uno una importante estación cosmológica, habitada cada una por diferentes espíritus sabios, y el octavo es donde se encuentra el dios Wanaddi junto a su padre, el sol, Shi, quien se manifiesta en la tierra como el sol que conocemos.

La forma de este universo se corresponde con la forma de la vivienda de la tribu, como una estructura circular con techo cónico, sostenida en el medio por un pilar, que en el equivalente del universo es representado por una alta montaña.

Jahuakudahana: Este es el primer nivel del cielo, allí viven los Attitiudi Hana, son los dueños del aliento, de la palabra y del ritmo. Nunca duermen ni comen. Enseñan a los huhai a escuchar y cantar en otras lenguas.

Iadekuna: El segundo cielo, hogar de los Setawa Kaliana, maestros de los huhai. No comen, no duermen, hablan y no trabajan. Solo se sientan con las manos apoyadas en la cabeza y los codos en las rodillas. Ven todas las cosas.

Mahekunahana: Casa de la gente murciélago, los Dedewashihiamo. Dueños de las maracas.

Iadiñakuna: Cuarto cielo. Conocido como el más hermoso de todos, es un lugar coronado con el gran lago azul Akuena en todo el medio, cuya agua se conoce como akene. Esa agua es curativa, igual que la hierba que crece alrededor y se llama Kaahi. En este cielo viven la mariposa morphoazul, Mahewa; Muna, (interpretado por algunos traductores como una tonina, y por otros como un manatí) y el pez Dinushi, la anguila eléctrica. Estos tres espíritus ayudaron a Wanaddi en su labor creadora.

Ennemadi: En este cielo viven los Weweyeena, los guardianes de los wirikis, los cristales de cuarzos que forman parte de una maraca mágica.

Marawahuña: El sexto cielo es el hogar de los tres pájaros sagrados, que los chamanes convocan con sus maracas cuando necesitan su ayuda espiritual. Estos son Muddo, el pavita; Tawaadi, el aguitacamino y Hohottu (o Hohooti) el gavilán. Cuando estos bajan a la tierra, los

Shiriche Kumenadi: Este es el séptimo cielo, hogar de todas las estrellas.

Motadewa: El octavo cielo es el cielo supremo, donde vive Wannadi junto a toda su familia. Este es el destino final para los bienaventurados. Este es el verdadero cielo, donde, igual que en la tierra, hay montañas, aguas y árboles. Sin embargo allí no existen ni el hambre, ni la muerte, ni las enfermedades, ni el dolor, pues todo esto solo lo pueden hacer Odosha y sus espíritus, y ellos no pueden subir al cielo.

Los yekuana explican por qué no podemos ver todos estos cielos con que el cielo que nosotros vemos es un cielo falso, ya que en el verdadero cielo no existe la noche ni las tormentas, y la luz no se desprende de astros, sino del mismo Wannadi, y esta lo inunda todo. Wannadi, al dejar la tierra, dejó al sol (Shi) y a la luna (Nuna). Ambos hombres. Nuna es temido porque es un devorador de hombres.

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