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Respuesta:
Las diferentes sustancias que componen a los alimentos, esto es carbohidratos, grasas y proteínas, pueden proporcionar a los organismos vivos diferentes cantidades de energía al degradarse. De esta energía, una buena parte, alrededor de 40%, se puede capturar en los enlaces del ATP, y aprovechar para la realización de las funciones de las células y tejidos. También se señaló que la energía contenida en los enlaces del ATP, aunque se utiliza para la realización de las funciones vitales, una vez que éstas tienen lugar, el regreso al estado basal provoca que la energía que se les aplica se libere o transforme en calor. Resulta pues que la energía contenida en los enlaces de una molécula que se ingiere con los alimentos, al terminar un periodo largo de tiempo, se llega a transformar totalmente en calor.
Harinas blancas
Todo lo que es blanco, no alimenta. Porque toda la parte alimenticia, como la fibra, o donde están las vitaminas y minerales, se los llevaron al dejar lo blanco, al procesarlo, entonces genera inflamación corporal –diferente a la que puede ser consecuencia de un golpe–, inflamación que genera cansancio.
Además, estimulan la producción de insulina para reducir el nivel de azúcar en sangre, provocando cansancio.
Alimentos procesados
“Todo lo que es procesado va a generar más cansancio porque además de tener químicos y productos que no son alimento real –ya que estuvieron manipulados antes de llegar a nuestras manos–, van a hacer que el cuerpo trabaje más para digerirlos y para eliminarlos”
Bebidas azucaradas
Este tipo de bebidas hacen elevar el nivel de azúcar en sangre muy rápido, estimulando la producción de insulina, que luego, al descender, también de manera rápida, genera cansancio. Por otro lado, el exceso de estimulantes químicos provoca pérdidas de minerales esenciales como calcio, zinc o magnesio.