• Asignatura: Castellano
  • Autor: lautarogomez0108
  • hace 6 años

LOS VECINOS MUEREN EN LAS NOVELAS Capitulo 1: 1) ¿Quién es John Bland y en qué situación se encuentra? 2) ¿Qué hábito tiene y por qué en este caso sería breve? 3) ¿Cómo se llama su mujer y cuál es su problema con ella? 4) ¿Tiene otros problemas? ¿Tiene ideas para una novela nueva? 5) ¿A quién conoce? ¿Qué afición comparten y qué le propone?

Respuestas

Respuesta dada por: alexgermaniraheta05
6

Respuesta:

d q grado es ,así t puedo ayudar???


lautarogomez0108: 4to año
Respuesta dada por: Messiatencia02
3

Respuesta:

manda el texto y lo resuelvo


lautarogomez0108: Mi mujer tuvo que ir a Londres por un asunto... familiar. Decidí... bueno -John parecía no

querer entrar en detalles-, la verdad es que no quería hacer todo el trabajo solo -sonrió-
entonces pensé en venir. ¿Sabe?, en el norte de Irlanda se acostumbra hacer una visita a

los vecinos cuando uno llega a vivir a un lugar.
lautarogomez0108: -Sí, también aquí en Inglaterra, sobre todo en la campiña, claro -tras decir esto la señora
Greenwold hizo un gesto de desaprobación con la cabeza-; pero la cortesía, me temo, está
desapareciendo. Tal vez le parezca algo anticuada, pero creo que hoy en día se han perdido
muchas costumbres que hacían que antes la vida fuese un tanto más... amable. ¿Una taza
de té, Señor Bland?
lautarogomez0108: -iOh, sí, me encantaría!
La anciana se dirigió a la cocina. Mientras John la miraba desaparecer tras una puerta
pensó: “He aquí
una abuelita inglesa. Fea y aburrida, como corresponde a
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una fiel subdita de la reina!’ Salvo unos pocos, a John no le gustaban los ingleses. Se
preguntó si esa amable señora le ofrecería algo para comer. Tenía hambre.
-Espero que le gusten los scons, señor Bland.
lautarogomez0108: La señora Greenwold regresaba con una bandeja que dejó sobre una pequeña mesa, al
costado de su sillón.
-¡Oh, claro que sí!, es usted muy amable.
Mientras tomaban el té la nueva vecina de John comenzó a hablar de sí misma, su
vocación por los viajes, y la decisión de vivir sola en Chipping Campden, aunque estuviese
algo alejada del pueblo.
No pasó más de media hora. La conversación iba decayendo hasta que finalmente se hizo
un silencio. La señora Greenwold lo rompió:
lautarogomez0108: -¿Y a qué se dedica usted señor Bland?
-Soy escritor; bueno, hago de todo un poco, a veces algo de crítica y he dado clases,
también, pero lo que más me gusta es escribir novelas, novelas policiales. Una expresión de
admiración apareció en el rostro de la anciana:

-¡Vaya!, ¡eso sí que es interesante!-
lautarogomez0108: se frotó jovialmente las manos y señaló hacia la
biblioteca-. Soy bastante aficionada a esos relatos. ¿Ha publicado algo?
-Sí, un par de novelas, pero no me fue muy bien con ellas, a decir verdad. Hoy el público
prefiere la acción, usted sabe, cosas más duras y espectaculares. Ya nadie se interesa en
los misterios, el famoso crimen como obra de arte pareciera... que pasó de moda.
lautarogomez0108: -Estoy de acuerdo con usted, ahora todo es violencia y sexo, sí. Lamentable. Y dígame:
¿ya sabe de qué tratará su próxima novela?
John hizo silencio. En ese instante pareció cruzársele un pensamiento. Miró fugazmente a
la mujer, que a su vez lo observaba, y dijo:
-No.
De nuevo se hizo un pequeño silencio. La anciana bajó la vista y después ambos miraron
hacia la ventana. Afuera, un mirlo trinaba apoyado en una rama. En algún lugar de la casa
un reloj daba las cinco de la tarde.
lautarogomez0108: La señora Greenwold volvió a llenar las tazas de té, y miró
a John a los ojos:
-¿Sabe?, no todos los días una conoce a un escritor de novelas policiales. Eso me
recuerda... mejor dicho, me hace pensar que a usted podría interesarle una historia, algo que
sucedió realmente hace muchos años y que trata de un crimen. Pero, por supuesto, no
quisiera aburrirlo, tal vez usted creerá que soy de esas viejas que están esperando la
oportunidad de contar sus historias y...
lautarogomez0108: John la interrumpió:
-No, por favor, señora Greenwold, quisiera escucharla.
La anciana sonrió levemente y volvió a acomodarse en el sillón:
-Bien, lo que voy a relatarle me fue referido por una mujer con la que compartí un viaje en
tren a Edimburgo, en una noche que siempre recuerdo muy larga, en mil novecientos
cincuenta y cuatro.
lautarogomez0108: ahí esta
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