Respuestas
Respuesta:
El término scriptorium,a literalmente «un lugar para escribir», se usa habitualmente para referirse a la habitación de los monasterios de la Europa medieval dedicada a la copia de manuscritos por los escribas monásticos. No obstante, múltiples indicios (tanto documentales como arqueológicos) parecen indicar que tales habitaciones fueron muy poco frecuentes; la mayor parte de la escritura monástica se habría realizado en una especie de cubículos que existían en los claustros o en las propias celdas de los monjes. Por lo demás, las referencias especializadas suelen aludir en la actualidad con el término scriptoria a la producción escrita de un monasterio, y no a unas habitaciones.
En cualquier caso, e independientemente de su identidad física, un scriptorium era, necesariamente, una zona próxima o adjunta a una biblioteca; dicho de otra forma, la presencia de una biblioteca es indicio de la existencia próxima de un scriptorium.2 Los scriptoria, en este sentido de habitaciones dedicadas a un fin concreto, probablemente solo existieron durante periodos de tiempo limitados, cuando una institución o un individuo querían conseguir un gran número de textos copiados para nutrir una biblioteca; una vez que esto se conseguía, no habría necesidad de que tales zonas siguiesen estando habilitadas para ello. Hacia comienzos del siglo XIII, se empezaron a desarrollar también negocios seculares de copia de textos; los escribas profesionales pudieron haber llegado a tener habitaciones especiales dedicadas a su tarea, pero en la mayor parte de los casos lo más probable es que tuviesen una mesa de escritura próxima a una ventana en sus propias casas.
Índice
1 Iglesia de San Juan Evangelista en Rimini
2 El scriptorium físico
2.1 De Casiodoro en Vivarium
2.2 De los benedictinos
2.3 De los cistercienses
2.4 De los cartujos
3 Los scriptoria en las reglas monásticas
3.1 Regla de San Ferréol
3.2 Las «Instituciones» de Casiodoro
3.3 Regla de San Benito
3.4 El Elogio de los escribas de Trithemius
4 La función de los libros y de las transcripciones en la vida monástica
5 Notas y referencias
5.1 Referencias
5.2 Bibliografía
6 Enlaces externos
Iglesia de San Juan Evangelista en Rimini
En esta iglesia, cuya patrona era Gala Placidia (muerta en 450), las parejas de cámaras rectangulares que flanqueaban el ábside, accesibles solamente desde cada nave lateral, se han interpretado como parejas de bibliotecas (latinas y griegas) y, quizá, como scriptoria.3 Su abundante iluminación, los nichos de 0,5 metros de profundidad, la disposición de hipocausto bajo el suelo para mantener el espacio seco, son rasgos que se pueden encontrar en la arquitectura de las bibliotecas de la Antigua Roma.4
Cuando las bibliotecas y scriptoria monásticas surgieron a comienzos del siglo VI (los primeros escritos monásticos europeos datan del año 517), definieron la cultura literaria europea y preservaron selectivamente la historia literaria de Occidente. Los monjes copiaron la Biblia de Jerónimo y los comentarios y cartas de los Primeros Padres de la Iglesia, tanto con intención misionera como para uso dentro del propio monasterio. Los productos del scriptorium proporcionaron un valioso medio de intercambio. Dentro del scriptorium, había normalmente una división del trabajo entre los monjes que preparaban los pergaminos para la copia, alisando y marcando con tiza la superficie, los que pautaban el pergamino y copiaban el texto, y los que lo ilustraban. A veces, un único monje podía asumir todas estas funciones.5 A comienzos del siglo XIII, la producción manuscrita monástica entró en declive, pues los copistas particulares se reciclaron para escribir para los laicos. Hacia 1250 aparecieron las primeras librerías que, antes de la introducción de la imprenta en el último cuarto del siglo XV, ya habían sustituido virtualmente a los monasterios como dispensadores de libros para la comunidad.6
Las tradiciones individuales de scriptoria se desarrollaron en completo aislamiento, hasta el punto de que la moderna paleografía ha de identificar el producto de cada scriptorium y su datación aproximada por comparación con otras producciones datables de ese mismo scriptorium. Al mismo tiempo, las comparaciones de la «mano» característica de los scriptoria revelan conexiones sociales y culturales entre ellos, así como el desarrollo de nuevas «manos» y su diseminación a través de los viajes realizados por los individuos y por los ejemplos de los manuscritos que pasaron de una biblioteca a otra.
San Mateo en un «despacho» o scriptorium idealizado. (Libro de Horas, París, c 1420 (Biblioteca Británica, Sloane Mss 2468)7
Los ilustradores de manuscritos trabajaban en colaboración con los escribas en una intrincada variedad de interacciones que impedían cualquier mínimo modelo de producción manuscrita monástica.8
Explicación:
De nada, eso estaba en Wikipedia, lea.