Escribi el primer parrafo de una historia
Sobre un retratro misterioso , prepara la escena y captar la atencion de expectador
Respuestas
Respuesta:
El autorretrato se define como un retrato hecho de la misma persona que lo realiza. Es uno de los ejercicios de análisis más profundos que puede hacer un artista. Implica escrutarse el rostro y conocerse hasta tal punto que la expresión que tenga en ese momento se traduzca en el dibujo o la pintura que aborda. En épocas pictóricas como el barroco o el renacimiento, una de las costumbres era que el artista se autorretratara dentro de un gran cuadro, para reafirmar su autoría o para dar a entender sus intenciones, como lo hizo Velázquez.
Explicación:
Espero que te sirva
Respuesta:
El escritor Ignacio Ferrando (Trubia, Asturias, 1972) toma el relevo de Mariana Torres como profesor del mes de la Escuela. En esta primera entrada de mayo, Ferrando, director del Máster de Narrativa, nos cuenta cómo crear tensión en una historia, imprescindible para captar la atención del lector. Y, como siempre, a partir de esta entrada propone las bases del Concurso de escritura Escuela de Escritores / El Asombrario de mayo.
Para que un texto funcione y logremos embaucar y crear interés en el lector necesitamos crear una cierta tensión narrativa. En contra de lo que pueda parecer, esta tensión narrativa no sólo se da en las obras más comerciales, sino en cualquier texto literario que se precie. Básicamente todas las estrategias de tensión narrativa se fundamentan en generar preguntas y posponer las respuestas, lo que alienta al lector en un avance continuado por el texto, en su necesidad de “querer saber”. Es muy sencillo. Imaginemos La isla del tesoro, por ejemplo, de Stevenson. Gran parte de la tensión narrativa de este texto se fundamenta en el interrogante: ¿logrará Jim Hawkins encontrar el tesoro? El lector quiere llegar al final del texto para ver si esto es así. También hay otros interrogantes que alimentan este avance.
¿Qué tipo de preguntas podemos plantear para generar esa tensión? Veamos algunos ejemplos.
Un poco de suspense
El suspense es quizá el modo más efectivo de generar tensión dramática y se sustenta en la posibilidad de que la vida del protagonista corra un peligro real. La definición que hace Patricia Highsmith del suspense es la expectativa de que algo vaya a terminar de modo violento. El modo más básico de crear suspense consiste en la aparición de armas o similares. En El último encuentro, de Sándor Márai, Henrik y Konrad vuelven a encontrarse después de 41 años. Konrad tuvo una aventura con Kriztina, la mujer de Henrik. Un día, durante una cacería, Heinrik siente que su amigo le apunta con un arma. El crimen no llega a producirse y Henrik lo recuerda así: “Esto mismo sentiste tú quizás por primera vez en tu vida, cuando en aquel bosque, en aquel punto de ¿La necesidad de recuperar una amistad en otro tiempo apasionada? ¿El perdón? ¿La envidia? Sea como fuere, la aparición de ese objeto con capacidad de matar, carga la escena de expectativas y plantea un interrogante de primer orden. Estas expectativas no solo deben ser planteadas, sino mantenidas a lo largo del texto, convertidas en un “estado de vigilia”.
Muchas veces el suspense dimana, más que de una situación generada por los personajes, por la coyuntura en que estos se encuentran. En Las hormigas, del escritor francés Boris Vian, el protagonista es un soldado de la Primera Guerra Mundial. Al comenzar el relato, el protagonista pisa una mina. En el momento en que levante el pie la mina explotará. En esta situación tan comprometida, el soldado va recordando escenas fragmentadas de lo que ha sido su vida durante una veintena de páginas. Sea como fuere, ante la inminente muerte del soldado, el lector querrá leer para ver qué sucederá.
La aparición de un arma (o estrategias similares) son el modo extremo, y no pocas veces zafio, de plantear una situación de suspense. Pero hay 8 Rezzori Sobre el acantilado, el protagonista es un escultor que vive en una casa al borde de un acantilado. Su oficio es tallar vírgenes, piedades, anunciaciones y se plantea cada día si lo que hace es arte o solo se limita a replicar algo que ya está hecho, más o menos perfectas, de algo que ya está hecho. Saltar hacia el acantilado, simbólicamente, representa lograr algo realmente artístico. Pero un día llega otra excursionista llamada Lisa y se queda a vivir con él. Es en este momento cuando se inicia la escena (simbólica) que habla de cómo el pintor nunca tendrá valor para «saltar al abismo». Veamos cómo Rezzori trabaja el suspense situacional a Lisa—. ¿Te lanzarías por mí desde el acantilado?
Ella, serenamente,