PODRIAN AYUDARME CON UN RESUMEN CON SUS PROPIASA PALABRAS POR FAVOR!
Por eso aquella noche, apenas Cunce Maille penetró a su casa, un espía corrió a comunicar la noticia al
jefe de los yayas.
—Cunce Maille ha entrado a su casa, taita. Nastasia le ha abierto la puerta —exclamó palpitante,
emocionado, estremecido aún por el temor, con la cara de un perro que viera a un león de repente.
¿Estás seguro, Santos?
—Sí, taita. Nastasia lo abrazó. ¿A quién podrá abrazar la vieja Nastasia, taita? Es Cunce...
— ¿Está armado?
—Con carabina, taita. Si vamos a sacarlo, iremos todos armados. Cunee es malo y. tira bien.
Y la noticia se esparció por el pueblo eléctricamente... "¡Ha llegado Cunee Maille! ¡Ha llegado Cunee
Maille!" era la frase que repetían todos estremeciéndose. Inmediatamente se formaron grupos. Los
hombres sacaron a relucir sus grandes garrotes —los garrotes de los momentos trágicos—; las mujeres,
en cuclillas, comenzaron a formar ruedas frente a la puerta de sus casas, y los perros, inquietos,
sacudidos por el instinto, a llamarse y dialogar a la distancia.
— ¿Oyes, Cunee? —Murmuró la vieja Nastasia, que, recelosa y con el oído pegado a la puerta, no perdía
el menor ruido, mientras aquél, sentado sobre un banco, chacchaba impasible, como olvidado de las
cosas del mundo—. Siento pasos de que se acercan, y los perros se están preguntando quién ha venido
de fuera. ¿No oyes? Te habrán visto. ¡Para qué habrás venido, guagua-yau!
Cunee hizo un gesto desdeñoso y se limitó a decir:
—Ya te he visto, mi vieja, y me he dado el gusto de saborear una chacchada en mi casa. Voime ya. Volveré
otro día.
Y el indio, levantándose y fingiendo una brusquedad que no sentía, esquivó el abrazo de su madre y, sin
volverse, abrió la puerta, asomó la cabeza a ras del suelo y atisbó. Ni ruidos, ni bultos sospechosos; sólo
una leve y rosada claridad comenzaba a teñir la cumbre de los cerros.
Pero Maille era demasiado receloso y astuto, como buen indio, para fiarse de este silencio. Ordenóle a
su madre pasar a la otra habitación y tenderse boca abajo; dio en seguido un paso atrás, para tomar
impulso, y de un gran salto al sesgo salvó la puerta y echó a correr como una exhalación.
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Por eso aquella noche , apenas Cunce Maille penetró a su casa , un espía corrió a comunicar la noticia al jefe de los yayas . Nastasia lo abrazó . Cunee es malo y . la noticia se esparció eléctricamente por el pueblo . . . «¡Ha llegado Cunee Maille! ¡Ha llegado Cunee Maille! » era la frase que repetían todos estremeciéndose . Y el indio , levantándose y fingiendo una brusquedad que no sintió , esquivó el abrazo de su madre y , sin volverse , abrió la puerta , asomó la cabeza a ras del suelo y atisbó .
Pero Maille era demasiado receloso y astuto , como buen indio , para fiarse de este silencio .
Pero Maille era demasiado receloso y astuto , como buen indio , para fiarse de este silencio .
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