1. Leer el documento “sobre los hospitales de la Colonia” y responde:
- Según la Fuente A “Así era un día en un hospital del Virreinato del Perú”:
- ¿Qué afirma sobre los hospitales en la época colonial?
- ¿Cómo era la clasificación de los hospitales?
- Fuente B “Sobre los hospitales en la época colonial”
- ¿Qué nos sugiere sobre los hospitales?
- ¿En qué afirmaciones coinciden las Fuentes A y B en relación a los hospitales en la época de la Colonia, y en cuáles se contradicen?
2. Leer el documento: “Sobre la medicina en la Colonia” y responde :
- Según la Fuente C “Medicina en la Colonia”:
- ¿Cuáles son las afirmaciones con respecto a la medicina indígena y europea?
- Según la Fuente D “Medicina mágico religiosa”, responde:
- ¿Cuáles fueron las formas de curar las enfermedades?
- ¿En qué afirmaciones coinciden las Fuentes C y D en relación a la medicina, y en cuáles se contradicen?
3. A partir de lo analizado, formula tus argumentos para dar respuesta a la pregunta: ¿De qué manera procuraron la salud de la población en la época colonial? AYUDAMEEEEEEEEEEEEEE PORFAVORRRRRRRRRRR


Kinjmiguel15: Si no sabes no respondas plis xox
marcellh386: nose pero bueno

Respuestas

Respuesta dada por: jonz108
2

Respuesta:

La imponente estructura del que fuera el Hospital Colonia de los Ferrocarriles Nacionales de México recobró un poco de su vida útil en los días inmediatos al terremoto del jueves 19 de septiembre de 1985, cuando docenas de voluntarios de las colonias Cuauhtémoc y San Rafael hicieron suyo parte del edificio que por casi cinco décadas albergó al mejor sistema hospitalario de su época.  Esta es parte de una historia que intento recuperar en ocasión del 30 aniversario de los sismos del 85, y como un homenaje al Conjunto Colonia y a la solidaridad de los vecinos.

Ubicado en el límite noreste de la colonia Cuauhtémoc, el Hospital del Conjunto Colonia fue el primer hospital vertical de la Ciudad de México y del país. Fue diseñado por el arquitecto austriaco Carlos Greenham Scaramelli*, co-responsable de la construcción junto con el Ing. Federico Ramos. Su inauguración el 16 de septiembre 1936, coronó la iniciativa del estado de proveer la máxima calidad en atención y servicio médico y hospitalario a los trabajadores de la entonces boyante actividad ferrocarrilera de nuestro país.

Los vitrales multicolores de Fermín Revueltas Sánchez, precursor del movimiento muralista en México, era uno de los elementos inolvidables que decoraban el espacioso vestíbulo del edificio principal del Hospital Colonia. El tema del trabajo de Revueltas, “Tirando Rieles”, era la promisoria visión progresista de la actividad ferrocarrilera de mano del trabajador mexicano

En 1982, cuando la atención hospitalaria para los ferrocarrileros y sus familias se integró al Instituto Mexicano del Seguro Social, tanto trabajadores como vecinos fuimos testigos impotentes del desmantelamiento de las instalaciones. Lo que había sido una auténtica pequeña ciudad con todos los servicios y todas las facilidades médicas y académicas fue vaciándose poco a poco, incluyendo los quirófanos de calidad mundial, los anexos donde se encontraba la farmacia, el área de laboratorio de análisis clínicos y patología y la consulta externa. A la fecha, sólo permanece en completo funcionamiento el servicio de Medicina Física y Rehabilitación

Algunos años antes de convertirse en el edificio de oficinas del IMMS que es ahora, el Colonia se utilizó como cuartel para los soldados que participaban en el Desfile Militar del 16 de septiembre. Tras el primer terremoto de 1985, precisamente cuando la Ciudad de México necesitaba contar con las mejores instalaciones posibles, el Colonia ya no estaba disponible, pues el otrora hospital de vanguardia había sido reducido a cientos de inútiles metros cuadrados.

Ennie me comenta que en un principio, como sucedió en muchos grupos de voluntarios en esos momentos de devastación, no había orden. “Todo fue caótico durante las primeras horas y de a poquito se fue organizando solo, con los ciudadanos comunes y corrientes que empezaron a armar las despensas. El Colonia se volvió un gran centro de acopio y distribución de víveres y todo lo hacían los vecinos de la San Rafael y Cuauhtémoc que llegaron a ayudar”.

El ánimo de los voluntarios no decayó pese al sismo de la noche del 20 de septiembre. “Fue un enorme susto estar dentro de esa mole cuando sucedió la réplica”, recuerda Ennie. “No nos quedó otra mas que salir cual alma que lleva el diablo. Tardó un rato en volver el orden pero ahí nos amanecimos haciendo bultos para distribuir”.

Una pregunta que me surge de inmediato es quién los atendió a ellos como voluntarios durante esos días. Ahí entra la casualidad, pues una gran parte de los enseres de los militares acuartelados para el desfile seguía ahí, dentro del Colonia y la cocina se aprovechó para prepararles de comer. “A ratos nos ganaba el sueño y descansábamos sobre la enorme cantidad de pacas de camisetas y playeras estampadas, que decían que eran de las fábricas destruidas de San Antonio Abad”.

Ennie y sus amigos también apoyaron la entrega de las cajas de despensa y ropa. “Nos trepamos a una camioneta con camper y  torreta ámbar. Fuimos a dar a Tlatelolco, al Nuevo León donde estaba Plácido Domingo, pero como ya estaban saturados de ayuda y víveres, terminamos entregando todo en una clínica en Eduardo Molina”. Esa noche, el regreso a la Cuauhtémoc fue más complicado: adoloridos por la vacuna de tétanos que les aplicaron por procedimiento y sin transporte, caminaron de regreso desde Abraham González.

“¿Por qué hicimos todo eso?”, reflexiona. “No lo sé, pero sentíamos que ayudábamos en algo. Fueron tres o cuatro días donde la solidaridad salió de algún lado. ¡Vaya! Ni siquiera sabíamos que era eso, pero en la conciencia de todos estaba que había ocurrido una tragedia a nuestro alrededor y algo había qué hacer para apoyar”. Bien sabemos que ejemplos como este se multiplicaron por toda la ciudad y sin embargo, la historia de estos jóvenes voluntarios, mis vecinos de la Cuauhtémoc, terminó muy pronto. “Cuando el asunto se oficializó y el Ejército empezó a controlar todo poco a poco, se acabó la magia de ese momento”.

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