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Respuesta:
La obra de Julio Mauricio es un texto más bien tradicional, un historia cotidiana. Sus protagonista, Luisa (Margot Velásquez) llega a la infidelidad impulsada por una existencia aburrida. Aunque es culpable, y así lo acepta, también es víctima. Su pecado no pasa de un instante, pero es suficiente para poner en peligro su matrimonio.
La responsabilidad de este papel recae sobre Velásquez, una actriz veterana que demuestra su experiencia en escena. Sin embargo, se ve condicionada por las exigencias de sus compañeros de escena. Cuando tiene al lado un buen actor responde a la altura, pero cuando esto no es así cae en su juego y no acepta el liderazgo que debe imponer de acuerdo a su veteranía.
De tal manera que en la primera parte el ritmo de la obra es lento y desigual. Velásquez, y su colega, Alejandro Rodríguez enfrentan la seducción y el pecado con mucha prudencia y a velocidades diferentes. Mientras Velásquez es recatada y prudente, Rodríguez se pasa de revoluciones, no asume los matices de su personaje. Por momentos Horacio, un aprendiz de escritor, parece un macho seductor y otras un tímido estudiante. En el segundo acto la obra gana en intensidad y calidad. El director demuestra una gran habilidad como actor. Midón caracteriza un personaje obsesionado por su trabajo y completamente arrinconado en su autoestima. Un ser miserable que lleva a su casa todas las angustias de su profesión. La actuación de Midón impulsa el ritmo del drama y de la misma manera Velásquez se nota más segura.
Dentro de los logros de La Decisión vale la pena destacar la escenografía de Carlos Ballesteros por su aprovechamiento del espacio. Pese a un escenario pequeño, Ballesteros logra crear la sensación un típico apartamento de clase media.
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