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Respuesta:
El campesino y el espíritu de las aguas
Un campesino dejó caer su hacha en el río y, apenado, comenzó a llorar.
El espíritu de las aguas se compadeció de él y, presentándole un hacha de oro, le preguntó:
-¿Es tuya?
El campesino respondió:
-No, no es mía.
El Espíritu de las aguas le llevó otra de plata.
-Tampoco es ésa- dijo nuevamente el campesino. Entonces, el espíritu de las aguas le llevó su hacha. -¡Esa es la mía! Exclamó el campesino, muy contento.
Para recompensarlo por su honradez, el espíritu de las aguas le regalo las tres hachas.
De vuelta a su casa, el campesino mostró su regalo, contando a sus compañeros lo que le había ocurrido.
Uno de ellos, tentado por la codicia, se propuso hacer lo mismo que el campesino. Fue a la orilla del río, dejó caer su hacha y empezó a llorar.
El espíritu de las aguas le presentó un hacha de oro y le preguntó:
-¿Es la tuya?
El campesino codicioso, lleno de gozo, respondió:
-Sí, sí; ¡es la mía!
El espíritu de las aguas desapareció, se llevó el hacha y no volvió a salir a la superficie. En castigo por haberle engañado, no dio al campesino el hacha de oro ni le devolvió la suya.
Explicación:
Agua, espíritu, hacha, oro, plata, casa, regalo, superficie