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independientemente de su función especializada, casi todas las células tienen los mismos componentes básicos: una membrana que las rodea, un núcleo que sirve de centro de control y la masa citoplásmica que es donde se lleva a cabo la mayor parte del trabajo.
La membrana, más delgada que una tela de araña y semipermeable, no es sólo una simple cubierta; en cierta forma actúa como un vigilante ante la puerta de una fábrica. Las propiedades físicas y químicas especiales que posee le permiten reconocer a otras células e interactuar con ellas, así como "decidir" lo que debe entrar y salir del citoplasma. De cierta manera envía señales que marcan el "alto" a las sustancias que no deben traspasar sus límites. Las células normales obedecen esas señales, pero las cancerosas lo hacen en menor grado o de una manera caótica, lo que ha hecho pensar que la dispersión del cáncer pudiera tener relación con algún defecto de la membrana, posibilidad que todavía están investigando los especialistas.
El corazón de la célula, el que dirige todas las reacciones químicas celulares, es el núcleo, que puede compararse con el jefe de ingenieros de una fábrica. Todas las células llevan en el núcleo una dotación completa de los genes del organismo al que pertenecen. Se ha visto en el laboratorio que al quitarle a una célula el núcleo pierde la capacidad de reproducirse y, aunque en otros aspectos puede seguir funcionando normalmente un tiempo, termina por morir.
La materia viva que rodea al núcleo, el citoplasma, es una especie de gelatina más o menos líquida que contiene numerosas estructuras especializadas, llamadas organelos, encargadas de fabricar, transformar, almacenar y transportar proteínas, así como eliminar los desechos celulares.
¿Cuánto viven las células?
La mayoría de las células, incluyendo las que forman parte de la piel y de la sangre, tienen un lapso de vida muy corto. Para sustituir a las que se mueren, las menos especializadas tienen que dividirse cada 10 a 30 horas. Algunas células musculares se reproducen sólo una vez al cabo de varios años; otras, como las hepáticas, únicamente lo hacen en circunstancias especiales: si, por ejemplo, se extirpan quirúrgicamente siete octavas partes del hígado, las células restantes comienzan a dividirse ?a la división celular se le llama mitosis? hasta que el órgano recupera su tamaño original. Las células más especializadas, entre ellas algunas del sistema nervioso incluyendo el cerebro, han perdido la capacidad de reproducirse. Si después de cierta edad una lesión o enfermedad daña estas células, no hay forma de sustituirlas.