- ¿Cuáles eran los dos motivos de
controversia en los que se debatían los
criollos con ocasión de la instauración de
las juntas de gobierno?
Respuestas
Respuesta:
La decisión de los grupos criollos de poner fin a la dominación colonial abrió paso a una etapa que estuvo marcada por el desafío que significaba construir un nuevo orden político. Para que eso fuera posible se debía lograr la aceptación de ese nuevo orden por parte de los distintos sectores que formaban parte de la sociedad. Pero esa no fue una tarea sencilla. Por el contrario, ni bien se cortaron los lazos con España, se convirtió en un problema. Recién hacia 1880 encontró su resolución cuando mediante el acuerdo logrado entre algunos sectores de la sociedad y la represión de otros, se impuso un orden político que finalmente se convirtió en hegemónico. En mayo de 1810 se inició una etapa marcadamente diferente en los aspectos sociales, económicos y de gobierno como consecuencia de la ruptura del vínculo colonial que el Virreinato del Río de la Plata había mantenido con España. Ese hecho marcó para la sociedad de entonces, el comienzo de un complejo recorrido que podríamos resumir como la transformación de un Estado colonial en un Estado nacional moderno. Esa búsqueda estuvo plagada de marchas y contramarchas que, hacia 1880, derivó en un determinado modelo de Estado.
La revolución y las guerras por la independencia abrieron un panorama complicado. No bastaba simplemente con cortar los vínculos de dependencia con España, sino que además era necesario acordar las nuevas bases sobre las que iba a desarrollarse la vida de esta sociedad. El orden político colonial había reflejado una estructura de poder que estuvo basada en la desigualdad entre la metrópoli y el Virreinato. Una vez producido el corte, se tornaba urgente acordar un nuevo pacto entre los grupos que componían a las Provincias Unidas (nombre que tomó el territorio que antes fue el Virreinato del Río de la Plata) ¿Cómo afianzar y defender la revolución? ¿Qué forma de gobierno era la más adecuada? ¿Qué tipo de economía era necesario impulsar? ¿Cómo afectaban esas decisiones a los distintos grupos? ¿Cómo establecer los acuerdos entre ellos? Todas esas cuestiones debían resolverse en medio de un proceso revolucionario que estaba transformando a la sociedad.
El Virreinato del Río de la Plata había sido creado por decisión de la monarquía de Carlos III y respondía a un conjunto de causas que iban desde cuestiones económicas hasta político-estratégicas. Dentro de estas causas se pueden mencionar, por ejemplo, el deseo de España de aumentar la recaudación de impuestos de las colonias; de controlar las rutas de navegación; de mejorar la administración para evitar el contrabando; de frenar la expansión de otras potencias coloniales.
El Virreinato, como unidad política, era territorialmente muy extensa y diversa, y estuvo bajo la autoridad del Virrey por decisión de la corona española. El interrogante que se abría en 1810 era saber si las distintas regiones que la integraban tenían la voluntad de mantenerse como una unidad política.
A partir de la Revolución de Mayo, el antiguo Virreinato pareció estallar. Pero si bien hubo un desmembramiento en diversas regiones durante las primeras décadas, logró imponerse la voluntad de distintos grupos regionales por construir un Estado único. Hubo diversos proyectos políticos enfrentados que revelaron intereses contrapuestos y que lucharon por imponerse. Republicanos y monárquicos, unitarios y federales, autonomistas y nacionalistas, librecambistas y proteccionistas -cada uno de ellos con sus conflictos internos- son algunos de los distintos grupos que se fueron conformando en esa disputa. Representaban formas diferentes de pensar y de actuar en relación a cómo debía organizarse el gobierno administrativamente, qué ideas políticas debían ser las principales, y qué modos de producir y comercializar bienes eran los más adecuados. Es decir, proponían diferentes alternativas político-administrativas, económicas y sociales. Hacia 1880, después de muchos enfrentamientos y negociaciones, pudo establecerse finalmente un pacto político moderno que fue aceptado por el conjunto de las fuerzas que componían a la sociedad. Así se cerró de algún modo el círculo que había comenzado a trazarse siete décadas atrás.
El año de 1810 fue especialmente significativo para las colonias españolas en América. La Revolución de Mayo producida en el Río de La Plata formó parte de un estallido mucho más amplio que afectó a gran parte de los dominios que poseía la corona española en el continente americano. Si bien el proceso que llevaría a la independencia política y la formación de los Estados americanos tuvo desarrollos diversos, el movimiento que se inició en Buenos Aires debe ser analizado en ese contexto.
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