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1. INTRODUCCIÓN Y PERSPECTIVA DE ESTA SESIÓN
Les invito a entrar esta tarde en el Evangelio de Lucas con nuestra vida, nuestro
corazón y nuestras entrañas…, algo así como una inmersión en un mar tropical,
para descubrir, en el fondo del mar, un tesoro maravilloso.
Se nota claramente que, cuando escribe su Evangelio, Lucas es un hombre
tocado por la salvación. No escribe fríamente, como si hablara de algo que no le
afecta, sino que cuenta algo de lo que ha sido testigo, algo que ha conmovido y ha
cambiado su propia vida. Desde esa experiencia, mira a su alrededor, mira a las
mujeres y ve que, lo que ha acontecido en su propia vida, está aconteciendo
también en ellas. Y nos presenta todo ello como una Buena Noticia.
Lucas emplea las palabras sanación-salvación en un sentido distinto al nuestro;
para nosotros son dos conceptos que afectan por separado a la dimensión física y a
la espiritual, incidiendo, sobre todo, más allá de la muerte. Sin embargo, hoy vamos
a intentar utilizar estas dos palabras como si fueran una sola, igual que hace Lucas,
porque, cuando la gente está en contacto con Jesús y se deja sanar-salvar, algo
cambia en su vida, tanto en su dimensión corporal como en su dimensión espiritual
más profunda.
Vamos a ver cómo cambia la vida de estas mujeres del Evangelio, que estaban
“atrapadas” por la muerte, la enfermedad, las pérdidas, etc., y quedan
transformadas totalmente, despertándose en ellas procesos de sanación y
recuperación de la vitalidad.
Estas mujeres se encuentran con Jesús en su vida diaria -tan normal y vulgar
como preparar una comida para unos invitados, estar en la calle, echar una moneda
en el cepillo del Templo…- y, en esa situación concreta, se despierta en ellas un
dinamismo, se genera una energía, una vitalidad, que les abre a la salvación.
Es como si Jesús bajara al sótano de la vida de estas mujeres y, allí donde antes
había miedo, oprobio y muchas formas de pobreza (tantas como las que nos
podemos encontrar hoy en nuestra vida) llega la fuerza del Espíritu y empieza algo
nuevo.
Por tanto, no podemos leer el Evangelio de Lucas como si fuera una novela o
un texto que nos sabemos de memoria. Al leerlo, e ir ahondando en los testimonios
de personas que dicen que para Dios no hay nada imposible, no podremos quedarnos
indiferentes, sino que tendremos que preguntarnos continuamente:
¿Qué despiertan estos hechos en mi vida? ¿Cómo “toca mi vida” la experiencia
de estas mujeres? ¿Cómo me afecta? ¿Me creo que, algo similar a lo que pudo
Explicación:
Les invito a entrar esta tarde en el Evangelio de Lucas con nuestra vida, nuestro
corazón y nuestras entrañas…, algo así como una inmersión en un mar