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Tanto empresas como personas suelen desarrollar estrategias para alcanzar sus fines. Así que no es extraño pensar que los centros universitarios estén capacitando a sus alumnos para aplicar exitosamente estrategias para distintos ámbitos de su vida.
Cuando los griegos construyeron un caballo de grandes dimensiones para cruzar el fuerte que levantaron los troyanos y acabar con el imperio, tal vez se estaba escribiendo una de las estrategias de guerra más conocidas de los tiempos, aunque exista cierto debate sobre la verosimilitud del relato histórico.
En años recientes, el presidente Felipe Calderón lanzó lo que se llamó “Estrategia contra el Narcotráfico”, que incluyó una serie de acciones para quitarle poder operativo a las bandas del crimen organizado, teniendo, según algunos especialistas, varios errores tanto en su definición como capacidad operativa. Según varias ONG, la estrategia de Calderón no contó con un análisis real de la situación de las bandas organizadas ni de la capacidad real del Estado, que fue lo primero que tuvo que evaluar el ex mandatario.
Una estrategia es la serie de acciones que llevamos a cabo para llegar a una meta determinada. Incluso el empleado de oficina que llega toda la semana temprano para solicitar a su jefe inmediato salir temprano el viernes o no asistir a la oficina el fin de semana, esa es también una estrategia.
Para que una estrategia tenga éxito en su operación se debe conocer a detalle el terreno sobre el que se va actuar, con las fortalezas y debilidades de ambos bandos y las herramientas con las que se contarán a lo largo de la misma. Indispensable también delimitar temporalmente la estrategia. ¿Por cuántos días, semanas, meses o años la ejecutaremos?
Ya sea por cómo se movió el mercado laboral o que la lucha para lograr mejores puestos se volvió complicada, fue que algunos centros de estudios o universidades decidieron inculcar el sentido de estrategas en sus estudiantes, tendencia que han retomado corporativos privados y también el gobierno.