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Los espacios terrestre, aéreo y marítimo de la Argentina
El territorio argentino abarca tres tipos de espacios que guardan íntima relación uno con otro: el terrestre, el marítimo y el aéreo. Sobre ellos, el Estado argentino ejerce la soberanía, es decir que es la máxima autoridad de esos territorios.
El espacio marítimo en el que la Argentina ejerce su soberanía exclusiva se denomina mar territorial, y se extiende a continuación de la línea de costa hasta una distancia de 12 millas marinas, es decir, alrededor de 22 kilómetros. El Estado tiene soberanía plena en el mar territorial, el espacio aéreo por encima de éste, el lecho y el subsuelo de ese mar y los recursos que allí se encuentren.
El espacio terrestre
La superficie total del territorio argentino es de 3.761.274Km2, de los cuales 2.791.810Km2 corresponden a la parte situada en el continente americano, y el resto, a la porción ubicada en el continente antártico y en las islas australes.
El espacio aéreo
Los Estados son soberanos en el espacio aéreo que existe sobre sus territorios y su porción marítima. Existe un consenso en el Derecho internacional para considerar que la porción de la atmósfera que recubre el espacio terrestre de un Estado y su sector marítimo hasta la altura de 100 kilómetros, aproximadamente-contados desde el nivel del mar- constituye el espacio aéreo nacional. En esta porción quedan incluidas la atmósfera- entendida como envoltura gaseosa que llega hasta los 50 kilómetros de altura- y la zona dentro de la cual se desarrolla toda la aeronavegación, hasta los 30 kilómetros de altura.
El espacio marítimo
A lo largo de la historia, los Estados han utilizado el espacio marítimo -conformado por los mares y los océanos –para navegar, comerciar y extraer sus riquezas. Entre los miembros de la comunidad internacional existieron diferencias de criterio referidas a las formas de uso de estos espacios y las modalidades de explotación pesquera y minera de los recursos naturales allí localizados.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, por una propuesta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se realizaron las Conferencias del Mar. En estas reuniones, la comunidad de países comenzó a tratar los derechos marítimos en el ámbito internacional, para aunar los criterios y definir las zonas que la correspondían a cada uno.
Casos especiales de soberanía
En la Argentina, existen dos casos especiales de soberanía. El primero es el de la Antártida, ya que por tratarse de un área destinada a fines científicos y a la preservación del ambiente, no se reconoce en ella soberanía de ninguno de los Estados que la reclaman. En el otro -el de las Islas Malvinas-, el derecho a la soberanía ha sido reconocido por la gran mayoría del mundo en la ONU, pero este archipiélago se encuentra ocupa por Gran Bretaña.
La Antártida
La Antártida es el único continente que no cuenta con una división política definida: no está divido en países ni sometido a la soberanía exclusiva de ningún Estado. Se rige por el Derecho internacional, en particular, por el denominado Tratado Antártico, que fue elaborado en 1958 por los países que reclamaban derechos soberanos respecto de alguna porción de ese continente. En ese tratado, quedaron registradas las pretensiones territoriales de la Argentina, Chile, Gran Bretaña, Noruega, Francia, Nueva Zelanda y Australia.
Todos los reclamos de soberanía se basaron en una delimitación establecida por el sistema de coordenadas. En todos los casos, se efectúan desde el paralelo de 60º latitud sur hasta el de 90º-es decir, el polo sur-, y luego se apoyan en las líneas de los meridianos.
Las Islas Malvinas
Las islas del Atlántico sur están conformadas por tres archipiélagos: Malvinas, Georgias y Sándwich. El de Malvinas está constituido por la isla Gran Malvina y la isla Soledad, otras cincuentas islas menores y numerosos islotes; tiene una superficie de 11.718 Km2.
La Argentina basa su reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas en razones geográficas, históricas y políticas.
El gobierno democrático que asumió en la Argentina en 1983 intentó retomar las vías de la negociación diplomática de los reclamos de soberanía. Durante varios años, estas tratativas resultaron infructuosas: ningún funcionario argentino pisar suelo británico.
Recientemente, recrudecieron las tensiones diplomáticas como consecuencia de que la Constitución de la Unión Europea incluye las Malvinas como parte de las posesiones británicas. Ante esta mención, la Argentina planteó su disconformidad, y presentó sus quejas antes los organismos internacionales. Aunque lenta, la vía diplomática es la única posible.
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