Respuestas
El concepto de medicina preventiva ha estado en evidencia y a lo largo de los años está logrando madurez, pues la concientización sobre la necesidad de prevenir y provocar cambios de comportamiento en la población también está creciendo. De esa forma, orientar los usuarios de los servicios de salud a buscar mejorías constantes en la calidad de vida con el propósito de evitar enfermedades debe ser la prioridad.
El grande punto positivo relacionado a la cobertura de la actuación de los equipos de salud de la familia por área definida está en la interacción que pasa a existir entre el profesional de salud y la comunidad. En ese escenario es importante definir las áreas de forma realista y planificada para que los equipos tengan contacto pleno con los usuarios del servicio y trabajen sobre los factores de riesgo que pueden llevar los ciudadanos a los problemas de salud.
Programe e implemente las actividades
Las actividades de atención a la salud dirigidas a las familias deben tener foco en las necesidades constatadas por los profesionales de salud y agentes comunitarios que actúan en las áreas y micro-áreas. Es fundamental que se haga una planificación detallada, organizando una agenda de trabajo para que los profesionales de los equipos puedan seguir de acuerdo con una escala de trabajo pre-establecida. Esa agenda orientará sus actuaciones.
La idea es que las políticas de salud implementadas estimulen el desarrollo de la autonomía en el ámbito individual y en la colectividad asuma un comportamiento activo para la mejora de la calidad de vida, buscando perpetuar mejores condiciones de salud.
Identifique la existencia de grupos de riesgo
Hacer una evaluación de los factores clínicos y comportamentales de los usuarios del servicio determinará si existen o no grupos de riesgo. Esa constatación es importante tanto para la elaboración como para la aplicación de las acciones de salud estableciendo prioridad de atención en los casos donde hay necesidad de acompañamiento de la situación de salud del usuario. Verificándose la existencia de esos grupos, las actividades podrán tener foco en las necesidades particulares identificadas por esa evaluación. Así, el trabajo del equipo tendrá más chances de éxito con la prevención de futuras enfermedades.
Promueva acciones para educar y aclarar
La planificación de acciones educativas es muy importante para la efectividad de las acciones en salud. Cuando los usuarios de los servicios de salud saben de los problemas constatados por el equipo actuante en la comunidad, sabiendo la conducta que deben tener cuando perciben la necesidad de buscar servicio público de salud generando un vínculo de corresponsabilidad con los equipos de salud que actúan en la comunidad. Esa relación estimula la organización de la propia comunidad, que pasa a actuar en el control social de las acciones de los servicios de salud implementados.
Vale destacar que hay acciones que deben ser promovidas para las familias con una frecuencia regular, usando espacios públicos,
e informativos localizados en las unidades de salud o en la propia comunidad que comporten tales actividades. En la práctica, la aclaración y la información funcionan como un incentivo a la autonomía, lo que lleva la población a utilizar los servicios asistenciales de forma más racional y a asumir una rutina de vida más dirigida al mantenimiento de la salud.
Monitorear y ajustar la acción del equipo
Las acciones promovidas por la unidad de salud necesitan revisión con regularidad, para que se identifique lo que ha funcionado bien y las fallas más evidentes o las actividades que han proporcionado el resultado esperado. Ese trabajo de monitoreo del equipo presentará las nuevas necesidades que van a surgir, además de orientar el rumbo para una adecuación del proceso para que los profesionales de salud y los agentes comunitarios aumenten la asertividad y la eficacia, pues lo que se espera es que la eficiencia de la aplicación de los recursos públicos esté presente en la gestión, principalmente en la salud.
Sabemos que la composición de un equipo involucra por lo menos un médico de la familia, algunos enfermeros, auxiliares de enfermería y agentes comunitarios, también puede incluirse un odontólogo. Es necesario que ese equipo este bien formado para poner en práctica las acciones de salud de la familia de la mejor forma posible.