• Asignatura: Geografía
  • Autor: mikisherrera5613
  • hace 5 años

cómo se desarrolló la epidemia de la fiebre amarilla entre los meses de febrero y marzo de 1868 en la ciudad de lima

Respuestas

Respuesta dada por: carmemmurillo22
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Respuesta:

Nuestra paleopatología nos enseña que la fiebre amarilla no existió en el Perú precolombino y que fue importada bastante avanzada la época colonial. Leonardo Villar (24), uno de nuestros más prestigiosos clínicos del siglo pasado, en correspondencia con el Dr. César Borja manifiesta que la enfermedad ingresó al Perú en 1740 procedente de Guayaquil. José Mariano Macedo, otro de los grandes de la medicina, afirma que la enfermedad asoló el norte del país en 1781 después de ingresar por Guayaquil (108). Tejada (157) la hace proceder del África de donde habría pasado al Brasil en la época de la trata de esclavos y de ahí a Cuba y el resto de América. Ulloa (181 y 182), se refiere a los informes del médico francés Leblond quien señaló una epidemia de fiebre amarilla en el Callao en 1781. Don Ricardo Palma en su tradición «Pepe Bandos» da la fecha de 1736 como de ingreso al Perú (144).

Ingresada pues al Perú en la segunda mitad del siglo XVIII comienzan a aparecer los casos en forma de epidemia más o menos cíclicas. Es así que José Gregorio Paredes (150) refiere la epidemia que «grasó» Lima en 1818, manifestando que hubo dos tipos de fiebre una benigna y otra maligna que fue calificada como de «vómito negro». Es una noción entonces ya conocida desde esa época así como la del contagio; pues Paz Soldán (148) afirma que durante la época del Virrey Avilés (1801-1806) ya se tenía en España la noción del contagio y del aislamiento por lo que esas medidas de seguridad fueron aplicadas en el Perú en la epidemia de 1818 y antes pues, Peña Trejo (151) señala un caso de «fiebre ardiente» observado por el Dr. José M. Valdés al iniciarse el siglo XIX.

Establecido el origen y propagación de esta enfermedad bajo su forma urbana en los últimos años de la Colonia y primeros de la República, veamos ahora algunas de las epidemias del siglo pasado y la importancia de la labor desarrollada por los médicos peruanos de la época. Vale consultar a este respecto el estudio histórico efectuado por Eyzaguirre (67) sobre las epidemias amarílicas de Lima.

Paz Soldán (149) en La Vida Ejemplar de Heredia relata que la fiebre amarilla reingresa al Perú en diciembre de 1851 según el testimonio que brindó José Julián Bravo en su discurso de apertura de la Sociedad Médica de Lima en 1856. Esta enfermedad revistió caracteres de epidemia y duró aproximadamente 10 años extendiéndose a casi toda la República dando origen a numerosas hipótesis respecto a su origen y naturaleza.

Así, Francisco Rosas (165), recién titulado por aquellos años, en su discurso sobre la fiebre amarilla en Lima, niega la noción de contagio, atribuyéndola más bien a causas «telúricas». Este médico, para apoyar su tesis no contagionista, refiere Paz Soldán (149), acostaba a enfermos de diferentes enfermedades en camas donde habían fallecido amarílicos en el Hospital de La Caridad que todavía existía en 1856, demostrando así que la fiebre amarilla no se trasmitía a través de los fomites.

Fue sin embargo, José Mariano Macedo, discípulo predilecto de Heredia, quien tuvo papel preponderante en la lucha contra la fiebre amarilla, llegando inclusive en las épocas más duras de la epidemia a encerrarse con los amarílicos aislados en el Lazareto de Lima con el fin de estudiar mejor la dolencia. Es así como en 1855 lo vemos estudiando la fiebre amarilla en Tacna precisando sus causas, síntomas y tratamiento para el cual recomienda el vino de papaína o calisaya (99). Archibald Smith (170) en sus Memorias sobre la Fiebre Amarilla hace un estudio clínico y anatomopatológico con autopsias de 10 casos de la epidemia de Huaraz y de 5 de la epidemia de Tacna. También se basó en los datos que le proporcionó el Dr. Ignacio Figueroa sobre la epidemia de Caraz en 1854, epidemia curiosa en la que no hubo mortandad en individuos de raza negra. Este reporte de Smith fue el inicio de una célebre polémica con el Dr. Macedo, quien le dirigió una carta en la que opinaba que los casos de la hacienda Llumpa en Piscobamba habrían correspondido a tifus y no a fiebre amarilla (103). Desde luego Smith contestó a Macedo (171) estableciendo las diferencias entre las epidemias de 1853 y 1854. Macedo empero, debe considerarse, creemos, con más autoridad para el conocimiento de la fiebre amarilla, pues por esos años continuó estudiando las epidemias de Ancash, Junín, Ayacucho, Cusco y Puno.

La epidemia de Lima fue tratada por Montant (123), Julián Sandoval (168) y Morales Pacheco en su tesis de bachiller de 1891 en la que hace referencia a la epidemia de 1854 en el Callao (124). Macedo, plasma brillantemente lo referente a la epidemia de fiebre amarilla de esos años en su discurso sobre este mal pronunciado en 1856 (107).


emanuellopez03: mucho texto
alonsoharo05: mucha libertad de expresion.
Gggggukk: mUcHo TeXtO xd
hannahmendozamt: MUCHO TEXTOOOOOOOOOO!!!
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