Respuestas
Percepción selectiva. Como las personas no podemos asimilar todo lo que observamos, captamos sólo partes; estas partes no son elegidas al azar, sino que son escogidas de manera selectiva de acuerdo con nuestros intereses, pasado, experiencia y actitudes; por ejemplo, si en la empresa corre el rumor de que podrá haber despidos, la visita rutinaria del gerente a la planta de producción puede ser interpretada como un primer paso de la dirección para identificar a las personas que serán despedidas.
Efecto halo. Cuando nos formamos una opinión general de una persona a partir de una sola característica, como la inteligencia, la sociabilidad o el aspecto, está funcionando el efecto halo.
Los efectos del contraste. Las personas no son evaluadas en abstracto; en ocasiones nuestra reacción ante un individuo recibe la influencia de las personas que acabamos de ver. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo, donde el entrevistador ve a una serie de solicitantes. La evaluación de un candidato cualquiera puede ser objeto de distorsiones como consecuencia del lugar que ocupe; es probable que la evaluación del candidato sea más favorable si le anteceden solicitantes mediocres, y menos favorable si le anteceden solicitantes fuertes.
La proyección. Es fácil juzgar a los demás suponiendo que se parecen a nosotros; esta tendencia a atribuir las características propias a los demás (que se llama proyección) puede distorsionar la forma en que percibimos a otros.
Los estereotipos. Cuando se juzga a alguien con base en la forma en que se percibe el grupo al cual pertenece, se usa un camino llamado estereotipo. Muchas veces en el contexto organizativo se oyen comentarios que son una representación estereotipada de ciertos grupos, por ejemplo “a los directivos no les importa su personal, sólo les interesa ganar dinero”.