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A pesar de la creciente documentación disponible, la interpretación del contexto y significado del arte rupestre sigue siendo problemática, sobre todo cuando se trata de los motivos llamados abstractos o no representativos. Plasman un depurado repertorio de formas geométricas que parece casi universal y de gran antigüedad. Además, constituyen un porcentaje importante del acervo en muchas tradiciones rupestres y admiten múltiples explicaciones de acuerdo a su contexto. Ante la imposibilidad de entender su mensaje, muchos arqueólogos desestiman las manifestaciones rupestres completamente como evidencia válida de la prehistoria.
En este trabajo, nuestra hipótesis plantea dos postulados: 1) que el arte rupestre es un sistema de comunicación visual diseñado para superar las limitaciones de la lengua hablada y 2) sus imágenes geométricas abstractas pueden derivar de las formas geométricas visibles en el entorno natural. Utilizamos una muestra de motivos geométricos abstractos en sitios del noreste de México (Nuevo León y Coahuila) para abordar su interpretación en el contexto cultural y natural, lo que permite reconocer por lo menos alguna parte de un código visual de significados.
I. INTRODUCCIÓN
En este trabajo, partimos de la hipótesis de que el arte rupestre es un sistema de comunicación visual y como tal contrasta con muchos otros tipos de evidencia arqueológica. Por ejemplo, a menudo estos sistemas son diseñados para superar las barreras lingüísticas, permitiendo el intercambio de información sin depender de la lengua hablada. Tal vez una analogía semiótica moderna más apropiada sería las imágenes publicitarias (imagen 1) de productos comerciales con distribución global o bien los señalamientos pictográficos en los aeropuertos modernos que son diseñados para el uso de una población multilingüe.
Durante la prehistoria, el aislamiento geográfico produjo justamente este tipo de diversidad lingüística. De este hecho surge la posibilidad de que una función del arte rupestre sea precisamente su habilidad de comunicar más allá de las barreras lingüísticas. Esta función implica (entre otras cosas) que mientras más amplio y prolongado es su empleo, mayor utilidad adquiere. Las circunstancias favorecen su uso a largo plazo y la repetición de las mismas imágenes en zonas geográficas muy amplias.
Se puede dividir las imágenes rupestres en dos grandes rubros: las que representan algo reconocible (sea artefacto o representación natural) y las llamadas ‘abstractas’ que no representan algo que podemos identificar. El primero (imagen 2) reproduce imágenes del entorno con suficiente realismo que proporciona de inmediato una pista visual al contexto que enmarca su significado - cualquier que sea. Se traduce en una ventana al pasado a través de las huellas que han dejado generaciones anteriores, por más ajeno que sea su cultura y modo de vida a la nuestra. Sus imágenes comunican de inmediato por lo menos alguna parte de su mensaje original
Explicación:de nada