• Asignatura: Historia
  • Autor: keylaflores7822
  • hace 5 años

cita consecuencias de la guerra civil de 1947​

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Respuesta dada por: Juan8a
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La Guerra Civil de 1947. El desempate. Sus consecuencias políticas y sociales.

El 7 de marzo de 1947, con el atraco a la policía por parte de jóvenes febreristas se dio inicio a la sublevación. El 8 de marzo se rebeló la comandancia de la III región militar en la ciudad de Concepción, poco después se le sumaron todas las unidades del Chaco. “…Nuestro fin es salvar la dignidad y el honor de las FF.AA., manchado el 12 de enero…” “Este movimiento no responde  a fines partidarios estrechos sino por normalizar el país (…) y terminar de una vez con el régimen de persecuciones, de ilegalidad y el trastorno constante en las FF.AA. (Comunicado de las Fuerzas Rebeldes)

 

El programa que proponía este movimiento del sector “institucionalista” del ejército era “libertad e acción de los partidos políticos; elecciones libres, medidas urgentes contra el alza del costo de vida…” y otros pronunciamientos de contenido democrático e institucional. A ese sector del ejército le acompañaron todas las organizaciones políticas excluidas del poder: Concertación Febrerista, Liberal y Comunista.

 

Los alzados se acantonaron en la norteña ciudad de Concepción, enclavada en una zona rica en ganado y con excelente potencial comercial. Los sublevados no intentaron atacar Asunción, en un primer momento, aún cuando era el espacio neurálgico del poder. El 3 de abril, casi un mes después del levantamiento, los revolucionarios constituyeron una Junta de Gobierno Militar, compuesta por tres miembros, declararon nula la administración pública del Gobierno de Morínigo en la zona de influencia de la Junta de Gobierno,  puso plazo a su poder hasta que pueda realizarse elecciones libres, con la participación de todos los partidos políticos existentes en la República. Asimismo la Junta  nombró un gabinete y declaró capital provisional la ciudad de Concepción.

 

La Declaración de principios reconoce la Carta de las Naciones Unidas, el Acta de Chapultepec, así como los demás Tratados Internacionales del Paraguay. Se refiere que asegurará “la libertad dentro del orden democrático para todas las organizaciones políticas y seguridad de todos los derechos inherentes a las personalidad humana”. Esta Declaración fue enviada, desde Ponta Porá (Brasil) al Secretario de Estado de los E.E.UU., buscando “el reconocimiento del estado de beligerancia y dar el trato establecido en el derecho internacional”.

 

El movimiento revolucionario, dio inicio a sus operaciones militares, recién en abril,  ocupando zonas del Departamento de Concepción y San Pedro. En tanto el gobierno del Gral Morínigo, ante la sublevación de casi el 80 % de las fuerzas armadas, comenzó a solicitar ayuda de armas a los EE.UU y al Brasil para armar a sus contingentes de voluntarios civiles, aparentemente le fueron negadas. En la documentación norteamericana sobre este conflicto armado paraguayo se nota la simpatía, a pesar de ser una dictadura, al gobierno de Morínigo. Este muy hábilmente explotó el reconocimiento que hacía los revolucionarios al partido comunista, como un partido con los mismos derechos que los otros. La propaganda del gobierno acusaba que la sublevación era comunista. Los sublevados buscaban que sea reconocido el estado de beligerancia como para permitir la intervención extranjera en búsqueda de una solución pacífica. Estados latinoamericanos ofrecieron su servicio de mediación no siendo aceptados por el gobierno de Morínigo que exigía la total rendición de los sublevados antes de negociar.

 

El partido colorado, que compartía y apoyaba al gobierno, hizo un llamamiento de sus correligionarios a alistarse a la defensa del poder constituido. Miles de voluntarios, la mayoría excombatientes de la guerra del chaco se alistaron en el ejército, que con armamentos conforman una fuerza formidable.

 

En mayo de 1947, Brasil ofrece sus buenos oficios de mediación. El embajador Negrao de Lima viaja inclusive, vía Ponta Porá a entrevistarse con los rebeldes. El Uruguay apoya esta mediación del Brasil. El gobierno de Juan Perón en la Argentina se sentía más cercano del gobierno de Morínigo. La propaganda de Morínigo de que la sublevación era comunista, en el marco de la guerra fría, restaba apoyo a los sublevados, aún cuando los cables e informes de la embajada de los EE.UU. a su gobierno, no podía asegurar lo mismo.


Juan8a: En serio le dieron la corona al otro?:(
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