• Asignatura: Física
  • Autor: dylan0610camara
  • hace 6 años

•¿Qué principios éticos debes tomar en cuenta para ser autónomo en tus decisiones? •¿Qué habilidades puedes desarrollar para tomar decisiones de manera informada?

Respuestas

Respuesta dada por: mhernandez19
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Respuesta:

Responsabilidad

Somos responsables de nuestras acciones, eso significa que debemos admitir nuestros errores y aceptar las consecuencias. Nunca intentar evadirnos. En función de esto, si no queremos tener problemas, debemos pensar por adelantado en las consecuencias de las decisiones que vamos a tomar y pensar qué puede pasar más adelante, tanto a tu economía, como a ti o a otras personas.

Honestidad

Se trata de ser siempre sincero con los clientes y los compañeros de trabajo. Ser honrado, lo que significa no ceder a las malas tentaciones, y coherente con tu forma de pensar y sentir. Si eres honesto generarás confianza. Tus compañeros o empleados trabajarán más a gusto y los clientes se fiarán de ti.

Justicia

Buscar siempre el punto de equilibrio entre los derechos y los deberes de todos. Esto implica que todos deben cumplir con su trabajo, y que no hay favoritismos o «enchufes».

Respeto

Tratar siempre con respeto y educación a todo el mundo, incluso a ese cliente que no te paga. Cuidar las formas te situará por encima de quienes no lo hacen y además hará que los demás te respeten a ti. Además ten en cuenta que todos somo distintos y no sabes las circunstancias en las que viven los demás y que quizás expliquen su comportamiento.

Lealtad

Mantenernos fieles a quienes han colaborado con nosotros o a clientes antiguos. A veces sentimos por ejemplo la tentación de cambiar de proveedor porque nos hacen una oferta buenísima. Antes de decidirnos debemos pensar si merece la pena dejar a alguien con quien llevamos colaborando años, con quien tenemos confianza y que no nos ha dado razones para abandonarle.

Voluntad de servicio

Todos trabajamos para ganar dinero para vivir, pero si vamos un paso más allá y sentimos que lo que hacemos realmente es bueno para los demás la satisfacción es mucho mayor. Además nuestra imagen mejorará muchos puntos. Puedes destinar fondos a protectoras de animales o a ONGs si tu actividad no te permite desarrollar esa voluntad de servicio. Si por el contrario trabajas con otras personas o de cara al público, puedes simplemente acostumbrarte a preocuparte por ellos y ayudarles. Piensa lo bien que nos iría si todos hiciéramos esto.

Describir el problema o el objetivo al que queremos llegar. Definiendo claramente los objetivos que queremos alcanzar podremos tener más claro qué decisiones van a ayudarnos.

2. Análisis del problema o la decisión a tomar. Una vez hemos definido el problema al que nos enfrentamos hemos de recopilar la información necesaria para analizarlo de la forma más objetiva y completa posible. Para ello debemos ser objetivos al plantear las situaciones, sin opiniones ni juicios de valor, sino únicamente las circunstancias de la forma más objetiva posible. Para esta definición y recopilación de información nos puede ayudar elaborar un cheklist. Es importante recabar toda la información que sea posible sin obsesionarnos con este paso, ya que podemos llegar a la parálisis por análisis, dedicando tanto tiempo a esta fase que resulta demasiado tarde para tomar decisiones. Debemos atender a la información relevante, y desechar la que no nos aporta valor.

3. Generar alternativas. En esta fase debemos generar todas las alternativas que nos sea posible. Analizaremos todas las posibilidades y las consecuencias de las mismas. Debemos valorar si estas alternativas realmente nos permitirán llevar a cabo los objetivos que nos hemos planteado. Existen técnicas de solución de problemas que pueden ayudarnos a generar alternativas. Cuantas más personas participen en el proceso más aspectos se tendrán en cuenta y más ideas podremos obtener.

4. Selección de la alternativa que finalmente llevaremos a cabo. Hemos de valorar que la decisión que tomemos tendrá unas determinadas consecuencias. Debemos asumir que el error es posible y hemos de tomarlo como una forma de mejorar en nuestros procesos futuros.

5. Pasar de la decisión a la acción. De nada sirve elaborar este proceso y llegar a la conclusión si posteriormente no ponemos en práctica la decisión tomada. Es importante no tomar decisiones en base a emociones. Es preferible esperar y hacerlo de forma meditada.

6. Valorar las consecuencias y el éxito de la decisión adoptada. Debemos saber rectificar si detectamos que estamos tomando una decisión errónea. La valoración de las consecuencias y del alcance de los objetivos nos permitirán ajustar futuras decisiones y nos enseñarán a mejorar los procesos. Tan importante es tomar la decisión y llevarla a la práctica, como valorar los resultados de la misma. Sin este paso nos quedamos en un proceso incompleto.

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