Respuestas
Te amé de noche y te adoré de día;
y amor mintiendo tus ardientes ojos,
en el ara fatal de tus antojos
quemé la flor de la existencia mía.
Hoy que el ala plegó mi fantasía
de una pasión contemplo los despojos
y aún pienso en ti, sin que me cause enojos,
el recuerdo cruel de tu falsía.
Jamás nuestros castísimos placeres
sepultará mi mente en el olvido,
ni tu nombre a mi pecho será extraño...
Pero vuelve a fingir; di que me quieres;
y buscaré otra vez tu amor mentido
aunque me mate un nuevo desengaño.
Un amor entregado es puro, nos damos a la persona amada en cuerpo y alma, por eso el engaño resulta tan íntimamente doloroso. De ti depende decidir si es un motivo suficiente para romper tu relación o si hay alguna posibilidad de reavivar la llama del amor.
Con las poesías tristes podemos poner punto y final a una historia de amor, o bien dejar la puerta abierta a una reconciliación.