El Fariseo y El Publicano: RESPONDE.
¿Cómo era la actitud del fariseo y el publicano?
¿Cómo se da su proceso de conversión?
Respuestas
Respuesta:
El fariseo, erguido en su oración, adopta la postura normal según la época: de pie, con las manos alzadas y extendidas, recita una fórmula casi hecha, su boa dice palabras, satisfecho de sí mismo: «No soy como los demás». Cree que sus buenas obras son las que le salvan y no el amor de Dios
Pero el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, sé propicio a mí, pecador". Os digo que este descendió a su casa justificado[i] antes que el otro, porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.
En esta parábola del fariseo y el publicano la parte ostentosa y “mala” la hace un hombre que según la Ley era “bueno”, justo y cumplidor de la Ley.
La parte buena, regia, admirable, la hace un hombre que traficaba con su oficio, un recaudador de impuestos que se beneficiaba con las trampas y el chantaje.
Jesús presenta los hechos de tal manera que nos molesta el hombre justo puesto odiosamente de pie ante el altar y nos resulta en cambio agradable el hombre pecador que se golpea el pecho en el fondo del templo reconociendo su pecado.
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tamare nada ayuda
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