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Respuesta:
El Cid se dirige a las afueras de la ciudad y acampa allí. Una vez acampados Martín Antolínez, amigo del Cid, les trae comida y agua. El Cid que había perdido sus pertenencias, recurre a la astucia de su amigo Martín Antolínez para conseguir dinero. Ambos llenaron dos arcas de arena, Martín Antolínez partió a Burgos en busca de dos judíos burgaleses, estos fueron a la tienda del Cid en busca de las arcas. Allí hicieron un trato con los judíos, que consistía en que estos les guardaban las arcas, llenas de arena en lugar de oro y joyas como les dijo el Cid, a cambio de un dinero con la condición de que los judíos no podían abrir las arcas hasta que el Cid regresase. Se despiden de los judíos, se disponen a irse hacia Cardeña a ver a la familia del Cid y despedirse de ella. Martín Antolínez se marcha a Burgos a despedirse de su mujer porque se va con el Cid, este consigue reunir a cien hombres y marchan para Cardeña para unirse al Cid.Los monjes de Cardeña recibeal Cid, también están su mujer y sus hijas. Martín Antolínez y los cien hombres llegan a Cardeña y se hacen vasallos del Cid. A la mañana siguiente el Cid se despide de su mujer y sus hijas y de los monjes y parte hacia su destierro. Acampan tras pasar el Duero. Esa noche el Cid soñó con un ángel que le consoló por el destierro, después de este sueño se encomendó a Dios, poco después se pusieron a cabalgar porque el plazo del rey para abandonar Castilla se acababa e hizo el recuento de sus gentes que sin contar a los de a pie eran trescientos. Atravesaron la frontera y entraron en el reino moro de Toledo, poco después llegaban a Castejón y el Cid y Alvar Fáñez de Minaya preparaban el ataque para acerse con Castejón. Después de conquistar Castejón empezaron a repartir el botín y todas las ganancias obtenidas, pero Alvar Fáñez de Minaya no quiere su quinta parte y hace una promesa al Cid que decía que combatiría con él sin necesidad de que le diese dinero. El Cid cogió su quinta parte y se la vendió a los moros y parten hacia tierras de Zaragoza que pertenecían al reino moro de Valencia. Partieron y acamparon cerca del río Jalón mientras el Cid piensa tomar Alcocer, los moros temían al Cid cuando se enteraron que había tomado Alcocer. Habían tomado Alcocer y habían obtenido otro gran botín. El rey moro de Valencia quería recuperar Alcocer y mandó un ejército contra el Cid, el ejército rodeó la ciudad de Alcocer y le cortaron el agua. El Cid dió consejos a los suyos antes de salir a la batalla, salen a luchar después de permanecer en Alcocer tres semanas. El Cid ayuda a Pedro Bermúdez y a Minaya le trajo un caballo porque el suyo se lo mataron, después el Cid hiere a Fariz. Con Galve y Fariz heridos los moros se retiran, cogen el botín de la batalla y el Cid prepara una parte para el rey Alfonso. Minaya parte para Castilla para llevarle al rey Alfonso la parte que el Cid le preparó. El Cid vendió Alcocer a los moros y parte hacia otro lugar.Minaya llega a Castilla y da al rey el regalo del Cid y le cuenta las victorias del Cid sobre los moros, este perdona a Minaya pero no al Cid. El rey permite que si algún hombre quiere irse con el Cid que lo haga. Minaya y doscientos hombres más se unen al Cid que con gran alegría reciben las noticias de Castilla, el Cid se dirige a las tierras de Alcañiz que están protegidas por el conde de Barcelona, éste toma esto como una invasión y amenaza al Cid, el Cid intenta carmarle y le dice que no viene a luchar pero el conde no le hace caso y se dispone a luchar. El Cid le dice a los suyos que se preparen para l a batalla, poco después el Cid venció la batalla y ganó la espada Colada, y al conde de Barcelona cogió prisionero y lo llevó a su tienda, le trajo los mejores manjares pero el conde don Ramón se negaba a comer la comida de los que le habían vencido en la batalla. El Cid le promete que si come le dejará libre pero el conde vuelve a decir que no, el Cid vuelve a intentarlo y le hace la misma promesa y esta vez el conde don Ramón aceptó y cuando terminó de comer el Cid lo dejó en libertad junto con dos de sus hidalgos.
El conde se alejó a gran velocidad con miedo de que el Cid se arrepintiera, después el Cid regresó con los suyos y comenzó a festejar la victoria.