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La Iglesia y, en general, la religión, cumplen un papel importante en todas y cada una de las culturas de este mundo. Cada sociedad tiene sus propias creencias, que se rigen por unas normas determinadas, y en cada lugar la religión cumple un papel distinto. Por este motivo me centraré en la Iglesia Católica, que es la que mejor conocemos en nuestro país.
En la historia ha habido periodos en los que la religión ha sido muy influyente, sin ir más lejos, en la época franquista. Pero desde que, con la transición, España se convirtió en un estado laico, el culto religioso ha ido decayendo año tras año. Quizá sea porque la forma de pensar ha cambiado; la gente se ha vuelto más liberal al conseguir librarse de la opresión de la religión.
Desde mi punto de vista, y ahora hablo en general, la separación Iglesia / Estado, que ya era defendida por Ockham en el siglo XIV, debe prevalecer siempre, así como la libertad de culto, tan importante en una sociedad multicultural como la nuestra. Ahora bien, sí que es cierto que la religión se ha acabado convirtiendo con el paso de los años en un asunto de ancianos. Es muy triste comprobar que los jóvenes sólo se acuerdan de la existencia de su Dios la noche antes de un examen, o que se avergüenzan de sus propias creencias por lo que sus compañeros puedan pensar de ellos. Si somos cristianos debemos serlo en todos los aspectos, no sólo para lo que nos interese, o por no llevarle la contraria a nuestros padres que nos han inculcado su fe.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que muchas veces no vamos a estar de acuerdo con los ideales de nuestra religión, y no por ello vamos a ser menos creyentes. Pongo por caso un cristiano que sí esté a favor del matrimonio homosexual, o un musulmán que esté totalmente en contra de los grupos islamistas radicales. Debemos tener, ante todo, personalidad propia y no dejarnos arrastrar por la masa, ya que la Historia ha demostrado que las grandes masacres han sido siempre debidas a cuestiones religiosas. En el siglo XXI esto aún sigue pasando, aun cuando no existe ningún Dios que nos mande asesinar al vecino.