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#1. Agrupa adjetivos o verbos similares
Hemos hablado otras veces de que utilizar muchos adjetivos podría arruinar tu texto, pero utilizar el número adecuado lo hará brillar. Hará que tus textos sean más tangibles y tus productos o servicios más deseables porque el lector se imaginará mejor aquello que quieres contarle.
Aplica en este punto la regla del tres y agrupa tres adjetivos similares que transmitan con veracidad lo que quieres compartir con tu audiencia.
Quiero que de una vez por todas seas más decidido, atrevido y feliz.
Esta técnica también sería aplicable a los verbos. Cuando buscas la acción de tu audiencia, son los verbos los que la impulsarán.
Yo utilizo este principio también en mis textos y lo puedes ver en la mayoría de artículos de este blog.
#2. Introducción, nudo y desenlace
Nos lo enseñaron en el colegio y ahora cobra vida en tus textos.
Toda historia, por breve que sea, tiene que tener una introducción, un nudo y un desenlace.
Parece muy obvio, pero muchos textos están escritos por personas que dan por supuesto que sabemos mucho sobre un tema y van directamente a la conclusión.
Por eso quiero recordarte lo importante que es que no omitas ninguna de estas secciones en las que dividirás tu texto (o ponencia) si no quieres que tu audiencia se pierda.
En la introducción plantearás brevemente lo que vas a tratar.
En el nudo hablarás en profundidad sobre el tema.
En el desenlace cerrarás tu texto aprovechando para repetir tus ideas más importantes.
Establecer una estructura clara te ayudará a marcar y a seguir un ritmo acorde con tu audiencia hasta guiarlos a la acción que deseas que realicen de una manera más lógica y a la vez más persuasiva.
Este principio también se puede aplicar cuando hablas del pasado, presente o futuro de algo, por ejemplo de tu empresa en el acerca de.
Compartir una secuencia lógica de los acontecimientos, evitando “los viajes en el tiempo” ayudará a no confundir a tu audiencia.
#3. Dale un giro
Añadir un giro en el tercer elemento de tu enumeración ayuda a despertar el interés de tu audiencia y crea humor en tus textos.
Un ejemplo de lo que quiero decir es esta frase, atribuida tanto a Mark Twain como a Benjamin Disraeli:
“Hay tres tipo de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas”.
¿Cómo funciona aquí la regla del tres?
Muy sencillo.
Los dos primeros elementos de la enumeración (mentiras y grandes mentiras) han establecido un patrón en la mente de tus lectores, por lo que están esperando algo así como “horribles mentiras” o “enormes mentiras”… una secuencia que vaya en aumento.
Incluir en el tercer elemento de tu enumeración un giro tendrá como resultado que tus textos sean más ocurrentes y pegadizos; porque el humor es precisamente eso: la mezcla entre lo esperado (la realidad) y la sorpresa.
Sigue este consejo:
Rompe el patrón que has establecido en los dos primeros elementos de la enumeración con algún punto absurdo, pero en el que exista una conexión con los dos primeros, y tendrás a tu audiencia en el bolsillo.
– Ejemplo extraído de un post antiguo: «Lo puedes llamar de varias formas: conexión, empatía o ese músculo emocional que cada día debes ejercitar».
O mejor…
¿Te acuerdas de este anuncio? Quizás del anuncio no, pero de esta frase tan mítica de Manuel Luque seguro que sí.
«Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo».
Como ves este principio puede ser utilizado de diversas maneras en tus textos.
Por ese motivo, y dando un paso más allá, no te sorprenderá si te digo que las grandes marcas lo utilizan también, y muy a menudo, en sus eslóganes:
Perrier: Agua para ricos.
Gatorade: Porque tienes resaca.
Conguitos: Somos los conguitos…
Así que ya sabes, en copywriting, si tienes que elegir un número, apuesta tus cartas al tres.
Si buscas conseguir conectar con tu audiencia, persuadirles y quieres que tus ideas se fijen en sus mentes… piensa en tres.
Ahora ya sólo queda que aprendas esta técnica, la practiques y la perfecciones.
Lo siento, lo he vuelto a hacer.