cuál es la opinión sobre la concesión de mario briceño iragorry sobre que era un hombre idealista
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Respuesta:
Explicación:
*Presentamos la primera parte de este grandioso ensayo, como preámbulo del XIV Congreso “Pesencia y Crítica” Hacia un Teória de lo Venezolano que esperamos realizar el próximo año. Ya en
el número 32 habiamos publicado “Proposito” que forma parte de este ensayo. La presente versión
es tomada de Briceño-Iragorry, Mario. Obras completas. Vol. 9 Ideario Político Social III. (Pensamiento Nacionalista y Proyecto Pedagógico). Ediciones del Congreso de la República. Caracas/
Venezuela/1990
A la persona que me plantea temas
acerca de nuestros problemas culturales
decimonónicos, he respondido que, en
realidad, durante el siglo pasado se produjo
en Venezuela una crisis profunda en el plano
directivo de la enseñanza universitaria.
Cuando el Positivismo ganó cátedra en la
vieja casona de Santa Rosa de Santa María,
ocurrió un viraje ostentoso en el campo de
los estudios superiores. La moda nueva
no sólo intentó desalojar de su enmohecida
cátedra a la escolástica añosa y al alambicado
racionalismo, sino también a la cultura
literaria que miraba a los modelos clásicos
de nuestro Siglo de Oro castellano. El tema
religioso que ocupó a los grandes escritores
españoles fue mirado con desdén y se le buscó
sustitutivo en los modelos de la libre literatura
de Francia. Se creó a la vez una pseudo
mística de la heroicidad atea como titulo de
la excelencia intelectual.
Los últimos años del siglo XIX, si en el
área de las ciencias médicas tienen el mérito
de haber inaugurado las investigaciones de
laboratorio y en el terreno de las ciencias
exactas el de haber metodizado estudios
antiguamente dispersos, en el campo del
Derecho, de la Filosofía y de las Letras
aparece con todo el abigarramiento rococó
de tendencias intelectuales mal dirigidas
y de doctrinas antojadizamente aplicadas
a nuestro medio (Ya comenzaba entonces
el sociologismo pesimista que Alfredo
Machado Hernández y Laureano Vallenilla
Lanz metodizarían más tarde para dar fi gura
al gendarmes irresponsable como fórmula
política venezolana).
A la crisis de nuestro siglo XIX pareciera
que la sirviese de símbolo la aventura del
Delpinismo. Burla burlando, aun graves
varones que representaban el tradicionalismo,
no huyeron participar en el juego burlesco
con que se hizo mofa del guzmancismo y,
más que del guzmancismo, de lo postizo de
una cultura importada en forma alegre para
sustituir de tajo nuestra modesta y retrasada
organización anterior. La forma frívola
como se produjo aquel fenómeno de reacción
contra un sistema poderoso, cuyas conquistas
“revolucionarias” empezaban a ser adversadas
por los mismos jóvenes, se compadece, en
parte, con la costumbre, aún no superada por
nuestro pueblo, de dar evasión por medio del
chiste y de la anécdota a profundas angustias