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La aprobación del matrimonio homosexual no es un ataque a la familia tradicional porque lo que está de capa caída no es la forma sino la esencia. Una familia puede estar formada por homosexuales o por extraterrestres y ser tradicional siempre que cumpla el principal requisito: que esté unida. Hace unos días fui testigo de una situación triste: una señora mayor se cayó en la calle, yo pasaba por allí y le atendí lo que pude pero insistentemente me rogó que avisara a su vecina porque no tenía a nadie a pesar de tener muchos hijos y bastantes nietos. Se quejó de su situación: pasaban los días y los días --con sus noches-- y sus hijos ni aparecían. Esto que cuento es un problema generalizado de gran calado social. La familia tradicional está en seria crisis y poco tiene que ver la orientación sexual de la gente sino la desaparición de un modelo familiar fundamental para la existencia de civilización. ¿Por qué si no necesitamos la ley esa de dependencia que tanto dinero chupa? ¿Por qué tememos tanto al peligro de que desaparezcan las pensiones? Sencillamente porque a partir de una edad y con la pérdida de nuestra pareja, tenemos miedo a ser abandonados dentro de cuatro paredes (que incluso nos pueden quitar por haber avalado a un hijo de estos). Creo que cuestionar el matrimonio homosexual es cobarde y obvia el verdadero problema; en todo caso estoy seguro que si esa mujer que se cayó hubiera tenido un hijo mariquita --con lo que traen ellos con sus madres-- sería muy difícil haberla visto en el suelo y sola. Solita, como se decía antes.
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Las características de la familia tradicional o clásica se conservaron por muchos años, a partir del siglo XIX y predominó en la sociedad occidental, hasta promediar los años 80 del siglo XX. Y son las siguientes: * Roles y funciones bien definidos. * Padres heterosexuales. * El padre como