realiza una linea del tiempo de luciano de cecco por los clubes recorridos y su carrera voylebolista desde el 2008
doy mas puntos al que me ayuda
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Respuesta:Luciano De Cecco, actual capitán de la selección argentina mayor, sale del vestuario. Se acerca despacio, me saluda y me dice: “¿Vamos?”. Un pibe humilde, que saluda siempre respetuosamente y hoy tiene el sueño de llevar el vóley nacional a lo más alto en su segundo Juego Olímpico. Él es el armador del equipo que conduce Julio Velasco, pero nos cuenta que no siempre le gustó este deporte y mucho menos el puesto que tiene. Viene de tener una buena temporada en Italia, en Perugia, dónde disputó la final del campeonato pero no pudo alzarse con el título. Cachete, siempre crítico consigo mismo, recalca la importancia del equipo sobre la individualidad. Dueño de unos dedos mágicos y de una personalidad acorde a su ambición, el armador oriundo de Santa Fe, nos cuenta todo: sus inicios, su carrera y los objetivos para Río.
- ¿Por qué el vóley? Sabiendo que tenías todos los números para jugar al básquet (su padre era entrenador de ese deporte).
- En el año 2003, yo jugaba al básquet en Rafaela, en nivel A. Para ese tiempo sucedió la gran inundación en Santa Fe, dónde el 80% de la ciudad quedó bajo el agua. Recuerdo esa famosa imagen que se ven las canchas de Unión y Colón con el agua por encima de los arcos de fútbol. Entonces me quise volver para estar con mi familia, cerca de los míos. Eso fue difícil porque habían cortado las rutas para drenar el agua. Después se complicó el tema del pase interfederativo, Rafaela quería que volviera pero yo no podía, entonces empecé con vóley, que ya entrenaba de vez en cuando, por lo menos hasta que se solucionara el tema de la inundación. Y seguí, fui a un Torneo Argentino sub 16 en Río Negro y ahí me vieron de Bolívar, que estaban haciendo captación de talentos y ellos me llevaron para hacer una prueba.
- ¿Quién te puso de armador y en qué momento?
- Cuando estaba en Gimnasia y Esgrima de Santa Fe (andaba siempre por ahí) me ponían a jugar de todo con todos: con chicos, grandes, lo que sea. Y un día, el armador de la Primera no estaba y jugaban a las 20 hs. Justo se daba la casualidad de que mi mamá ese día, los jueves, me pasaba a buscar más tarde, después de las 21:30 hs. Entonces me dijeron: “Che falta uno, vení, ponete a jugar con nosotros”. Me pusieron de armador y desde ahí todos empezaron: “Tenes lindos dedos, tenes que ser armador” y yo decía: “No, dejate de hinchar, a mí no me gusta. Quiero atacar, no me interesa armar”. Pero me fueron convenciendo, me iban metiendo de a poco y me fue gustando. En las categorías menores jugaba de todo y en las más grandes, de armador.
- ¿Y cuándo le encontraste el gusto al puesto? Porque sos partícipe del ataque, pero no el atacante.
- Ahora de grande, hace poco, 3 o 4 años. Le encontré el jugo para disfrutar más de lo normal, de sentirme bien conmigo mismo. Cuando uno de mis compañeros hace el punto, también yo siento que lo hice. Antes era muy perfeccionista desde lo individual y me perdía de degustar el juego. Ahora de grande (como si lo fuera, tiene 28 años nada más), comprendí que la perfección no existe y después de haberlo hablado con mi mamá y con mi psicólogo, aprendí a disfrutar del punto a punto y no sólo del resultado. De esa manera me gusta vivir el día a día del entrenamiento y disfruto muchísimo más del vóley que antes.
Explicación:
denada