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Respuesta:
Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 2 saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro. 3 Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Acción de gracias
4 No dejo de dar gracias a Dios por ustedes, por la gracia que él les ha concedido en Cristo Jesús. 5 En efecto, ustedes han sido colmados en él con toda clase de riquezas, las de la palabra y las del conocimiento, 6 en la medida que el testimonio de Cristo se arraigó en ustedes. 7 Por eso, mientras esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no les falta ningún don de la gracia. 8 ´El los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo. 9 Porque Dios es fiel, y él los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
LAS DIVISIONES EN LA COMUNIDAD
9En «la Iglesia de Dios que residía en Corinto» habían surgido profundas divisiones. Los bandos o partidos que se habían formado, no propugnaban herejías o cismas propiamente dichos, ya que todos asistían a las mismas asambleas litúrgicas y participaban de la misma Cena del Señor (11. 18-20). Se trataba más bien de grupos antagónicos, que se declaraban partidarios de Pedro, Pablo o Apolo, de la misma manera que los griegos adherían a su maestro de sabiduría o a su filósofo preferido.
9A primera vista, estas rivalidades podían parecer normales o inevitables, como lo son en cualquier grupo social. Pero, dentro de la Iglesia, las divisiones revisten una especial gravedad. La lucha partidista entre aquellos que han sido bautizados en el nombre de Jesucristo, el único Señor de todos, es un verdadero contrasentido (1. 13). Pedro, Pablo y Apolo como los demás predicadores de la Buena Noticia son «simples servidores» de un mensaje que no les pertenece. Una vez cumplida su misión, ellos tienen que desaparecer para dar lugar a Jesucristo (3. 5-9).
9Esta reflexión podría haber bastado para poner punto final a los «celos y discordias» (3. 3). Pero Pablo va al fondo de la cuestión. Al comportarse de esa manera, los diversos grupos, incluidos sus propios adeptos, habían abandonado de hecho el mensaje de Cristo crucificado y lo habían sustituido por una sabiduría puramente humana. Por eso no se pone a discutir sus puntos de vista o sus tendencias, ni da la razón a unos contra otros, sino que contrapone vigorosamente el mensaje de la Cruz a la sabiduría de este mundo. La fe no puede estar fundada «en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios» (2. 5).
Reprobación de las discordias
10 Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir. 11 Porque los de la familia de Cloe me han contado que hay discordias entre ustedes. 12 Me refiero a que cada uno afirma: «Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo». 13 ¿Acaso Cristo está dividido? ¿O es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O será que ustedes fueron bautizados en el nombre de Pablo? 14 Felizmente yo no he bautizado a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo. 15 Así nadie puede decir que ha sido bautizado en mi nombre. 16 Sí, también he bautizado a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más. 17 Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia.
La sabiduría del mundo y la sabiduría cristiana
18 El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan para nosotros es fuerza de Dios. 19 Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? 21 En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. 22 Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, 23 nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, 24 pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. 25 Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.
Explicación:espero que te sirva