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La cultura de México refleja su realidad como crisol de culturas y en su relieve. En lo que se ha dado a llamar los mexicanos influyen elementos culturales de las más diversas índoles: ya sean los modernos, los antiguos y los reciclados. La forma de vida en México incluye muchos aspectos de los pueblos prehispánicos del período colonial. México ha cambiado rápidamente durante el siglo XIX. El estado con más riqueza cultural en México era entonces el estado de Veracruz. En varias formas, la vida contemporánea en las ciudades, ha llegado a ser muy familiar a la de las ciudades en los Estados Unidos y Europa. En la primera encuesta nacional de cultura 2003 de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue aplicada en viviendas a 4,050 personas de 15 años o más, en 27 estados del país, en diciembre de 2003. En todos los casos, los resultados se presentan tanto a nivel nacional como desagregados por las características socio demográficos de la población –género, edad, escolaridad, ingreso y ocupación –, así como por región, municipio por tamaño de población y para el Distrito Federal, Monterrey, y Guadalajara. Los resultados señalaron que el consumo y las prácticas culturales de los mexicanos estaban altamente relacionados con los niveles de escolaridad y de ingresos.1 Sin embargo, la mayoría de los pueblos mexicanos siguen la forma de vida de sus antepasados. Más del 90% de la población vive en ciudades de más de 200,000 habitantes. Las áreas urbanas más grandes son la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.2La cultura en México es muy rica, pues mezcla elementos de diversos periodos, desde aspectos prehispánicos y del periodo colonial, hasta modernos. La riqueza cultural se nutre, además, gracias a los alrededor de 52 pueblos indígenas, sucesores de las sociedades prehispánicas, que hablan diferentes lenguas, de las cuales el náhuatl es la que cuenta con un mayor número de hablantes y cuya población se concentra en Ciudad de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, San Luis Potosí, Estado de México, Puebla y Veracruz. El 17.2% de la población indígena total del país vive en las principales ciudades: Monterrey, Cancún y Guadalajara. La riqueza natural del país, su pluralidad y valores, por lo tanto, proporcionan características muy propias a “lo mexicano”. En la mayoría de pueblos se respetan los usos y costumbres de sus antepasados; sin embargo, más del 85% de la población mexicana vive en grandes ciudades, como la de México y Monterrey, y se han adaptado a los cambios que ha traído consigo la modernidad.
Entre los aspectos culturales más relevantes y antiguos se encuentra la pintura, ya en el México prehispánico estaba presente en construcciones y códices, y durante la colonización en conventos. En el siglo XX ésta alcanzó renombre mundial con artistas que expresaron en sus trabajos crítica social, como los muralistas: David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera. Al lado de Rivera, pero con independencia artística, está Frida Kahlo, cuya obra está llena de sentimiento y dolor, siendo ella misma el tema central de sus pinturas. Otros artistas destacados son José Luis Cuevas, Rufino Tamayo y Francisco Toledo.
La arquitectura ha desempeñado también un papel importante en la historia. Las civilizaciones mesoamericanas tuvieron un gran desarrollo estilístico y el urbanismo tuvo gran empuje, como ejemplo están las ciudades de Teotihuacan y México-Tenochtitlán. Con la llegada de los españoles se introdujeron nuevos estilos, como el barroco y el manierismo, en las catedrales y edificios; más tarde se introduciría el neoclasicismo. Una de las construcciones más representativas de la modernización es el Palacio de Bellas Artes, que reúne el Arte Nouveau y el Arte Decó. En la arquitectura moderna, podemos citar a Juan O’Gorman y a Luis Barragán, cuyo trabajo combinó el misticismo religioso y el rescate de las raíces nacionales, integrando en su obra a la naturaleza.