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Respuesta:
Todo comienza en una aldea con pocos habitantes, donde Imaoma era un joven cazador y Atima era
una hermosa muchacha, buena en teñir plumas y coser pieles.
Durante un día Imaoma miró tres veces a Atima, lo cual significaba que quería casarse con ella, Atima acepta y se casan. Atima le dio a su esposo un brazalete de piel, y Imaoma le dio a su esposa un pequeño espejo enmarcado en ébano, que él había tallado. Todo iba bien, pero al año siguiente, los tambores empezaron a anunciar desgracias.
Un día, Atima y su pequeña hija Atima Imaoma, se alejan de la aldea en busca de comestibles cuando fueron sorprendidas por cazadores de hombres, los cuales capturan a la niña. La madre luchó por rescatarla, pero fue inútil, entonces le suplica a el jefe de los cazadores que le entregue el espejo a su hija y este se lo da.
Atima Imaoma fue llevada en barco a América del sur, donde fue vendida a la familia Fontezo y Cabrera, para servir de doncella personal a la hija de los Fontezo y Cabrera, Raquel. A Atima Imaoma le cambiaron el nombre por Silencio.
Silencio tuvo suerte al ser comprada por la familia Fontezo y Cabrera, porque la trataban bien y crecía junto a Raquel, la hija de los Fontezo y Cabrera, aprendiendo las mismas tareas que debía aprender Raquel, pero igual la entristecía no poder recordar su verdadero nombre.
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