Respuestas
Respuesta:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». - Pater dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt (Lucas, 23: 34).
«Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso». - Amen dico tibi hodie mecum eris in paradiso (Lucas, 23: 43).
«Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo Ahí tienes a tu madre». - Mulier ecce filius tuus [...] ecce mater tua (Juan, 19: 26-27).
«¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?». - ¡Elí, Elí! ¿lama sabactani? (Mateo, 27: 46) - Deus meus Deus meus ut quid dereliquisti me (Marcos, 15: 34).
«Tengo sed». - Sitio (Juan, 19: 28).
«Todo está cumplido». - Consummatum est (Juan, 19: 30).
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». - Pater in manus tuas commendo spiritum meum (Lucas, 23: 46).Su interpretación devocional es una comparación con situaciones por las que inevitablemente pasa la vida de todo creyente; a la que se suman todo tipo de exégesis. El mismo texto evangélico atribuye a estas «palabras» un fin de cumplimiento de profecías del Antiguo Testamento: sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final (Juan, 19: 28).
Son objeto de particular devoción al ser consideradas como «verdaderas palabras» de Jesús, condición compartida con algunas otras expresiones, recogidas a lo largo de los Evangelios, que pretenden ser citas exactas (aunque traducidas al griego, excepto una pocas que se transcribieron literalmente en hebreo o arameo por los evangelistas y reciben la denominación particular de ipsissima verba o ipsissima vox).[6]
Explicación:
espero que te sirva
La última palabra de Jesús en la cruz fue: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, y luego de enunciar esas palabras murió.
El significado de la frase: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" , es principalmente que Jesús tenía miedo del proceso que estaba por atravesar, que era el proceso de su muerte.
Ante esto decide orar a su padre y expresarle que confiaba en él para atravesar su muerte en el proceso de la crucifixión. Recordemos que el viernes Santo es el día en que se conmemora la crucifixión de Cristo, mientras que el jueves se celebra la eucaristía.