• Asignatura: Derecho
  • Autor: paniaguarosilda
  • hace 6 años

Pregunta número 1
Cual es la actitud de un leprosolo
Pregunta número 2
Qué es lo que más resalta en Jesús


paniaguarosilda: Ayidenme con mi tarea poriginal favor

Respuestas

Respuesta dada por: albertomelendez22054
1

Respuesta: esa es mi respuesta

Explicación:

En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: -«Si quieres, puedes limpiarme.» Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: -«Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: -«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio ».

Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes. Mc 1,40-45

La actitud de este leproso no deja lugar a dudas: -“Si quieres, puedes limpiarme.” . Jesús siempre está dispuesto a recibir nuestros pecados, nuestras cargas, nuestras miserias… Este enfermo, como todos nosotros cuando la luz de la Palabra ilumina nuestra habitación interior, es consenciente de su enfermedad y del sufrimiento que ella le acarrea y también sabe, como tu y como yo quien puede curarle, quien le puede dejar limpio. Este leproso que tantas veces somos nosotros cuando nos alejamos del Camino de la Verdad quiere, desea ser sanado. Y…¿cuál es su actitud? El evangelio de hoy nos dice que se acercó a Jesús suplicándole de rodillas. El enfermo se agacha, se humilla… ¡Cuantas veces el Señor permite nuestros sufrimientos para hacernos conscientes de nuestra pequeñez!… He aquí la mejor actitud, la actitud del humilde… (“Un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias Sal 51,19)l). Esa debe ser siempre nuestra actitud al encontrarnos con nuestro Maestro. ¡Si tu quieres Señor! El mismo Jesús nos da este ejemplo cuando en Getsemaní a las puertas de su pasión ora a su Padre diciendo “Padre, si quieres, aparta de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc. 22,42). Jesús sí quiere. Jesús sí nos quiere. Precisamente El es el enviado del Padre para limpiarnos a todos nosotros; para liberarnos de las ataduras del pecado. Cada vez que acudimos a El en la actitud humilde de reconocer su poder y ser conscientes de nuestra debilidad y pequeñez aparecerá sobre nosotros esa mano que toca lo mas profundo de nuestro ser y que nos hace escuchar la misma palabra que Cristo tiene para este leproso en el evangelio de hoy.

Aparentemente, Dios valora muchísimo la vida humana. Él enseña este valor en la cruz, de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16) Asesinar es contra los principios del evangelio. ¡Jesús vino a darnos vida (Juan 10:10), no a destruirla! Por esta razón, los asesinos no tienen parte en el Reino de Dios. Sin embargo, ¡necesitamos estar apercibidos que asesinar no solo significa quitarle la vida a alguien con un arma! Jesús enseña que cualquier forma de ira, malicia o rabia en contra de otro ser humano nos pone en riesgo de juicio (Mat. 5:21-26). Estos no solo nos llevan al asesinato, ¡sino que son perversidad por si solos! El apóstol Juan nos enseña que cualquiera que odia a su hermano es un asesino (1 Juan 3:15). ¡Por lo tanto, mostrar desprecio por otros al discriminar por racismo, sexismo, u otro desdén es malvado a los ojos de Dios! ¡Y El te clasificara como asesino! ¡No asesinarás!


paniaguarosilda: Es muy largo
paniaguarosilda: A respuesta
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