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siii
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no no esta buena ree bueno
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¿CLASE O PUEBLO? | Manuel Salgado
VII. La herencia clasista en el campo internacional: del pueblo trabajador a la clase
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VII. La herencia clasista en el campo internacional: del pueblo trabajador a la clase
p. 677-779
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1. De Inglaterra a Italia
1En el capítulo anterior pudimos constatar cómo el marxismo se desarrolló a través de una crítica sistemática al universo programático populista enraizado en el movimiento político socialista de la Alemania de las últimas cuatro décadas del siglo XIX. Sin embargo, este desarrollo permaneció a nivel programático y teórico, no logró encarnarse en la expresión política de la clase obrera militante teutona, no pudo penetrar lo suficiente como para definir el carácter mismo del partido socialista que organizaba a la base obrera más crecida de la Europa de la época. A lo más que llegó la ciencia marxista fue a influenciar a ciertos elementos de la dirección del SPD, a sentar la semilla de algunas tendencias clasistas en su seno, a determinar la “marxistización” de la tendencia populista dominante, etc. Sin embargo, si al estudiar la historia de la tradición marxista nos redujéramos a caracterizar la influencia de Marx y Engels en el SPD, si entendiéramos que éste fue el único legado político-programático que dejaron a las generaciones futuras, seríamos incapaces de explicar el curso de la historia mundial después de la muerte de Engels. Fundamentalmente, no podríamos dar cuenta del evento que definió la historia del siglo XX y que aún determina el curso de nuestra propia historia: la revolución rusa de octubre/noviembre de 1917. De ahí que sea imprescindible en este séptimo capítulo, explicar y caracterizar cómo el legado del programa de investigación comunista no se remitió meramente a la influencia de Marx y Engels en Alemania, sino que tuvo su expresión más acabada en el terreno internacional. Fue allí donde el Engels tardío pudo realmente tener mayor influencia, donde el programa comunista pudo encarnarse (al menos en cierta medida) en determinadas expresiones políticas del movimiento obrero sin “diluirse” en entramados “populistas”. Efectivamente, no fue el SPD el testaferro exclusivo de las enseñanzas de Marx y Engels, sino que las mismas calaron más a fondo en la Segunda Internacional, organismo a cuya fundación Engels dedicó importantes esfuerzos durante la última década de su vida. Será en su seno que Lenin y Trotsky se formarán, donde “encontrarán” y “desarrollarán” los elementos marxistas requeridos (sobre todo la crítica al universo político programático populista) que les permitirán acompañar y orientar a la clase obrera en el único momento de la historia en que ésta logró tomar el poder.