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Respuesta dada por:
6
Es totalmente falso. Sanitas, parte de Bupa
Vida sexual
La sexualidad después de la menopausia
La menopausia genera en el organismo de la mujer una serie de cambios hormonales que sin duda afectan a su vida sexual. El descenso en la producción de estrógenos puede generar:
Falta de deseo sexual.
Una menor lubricación vaginal.
Dolor durante el coito.
Una menor intensidad en la excitación y el orgasmo.
Aunque son graduales -el climaterio pasa por tres periodos: perimenopausia, menopausia y postmenopausia- el descenso en la producción hormonal genera una sintomatología que afecta directamente al deseo sexual:
Sofocos.
Sudores.
Palpitaciones.
Vértigos.
Mareos.
Dolores de cabeza.
Trastornos del sueño.
Atrofia genital.
Sequedad vaginal.
Pero también hay una sintomatología que va más allá de lo físico:
Irritabilidad.
Susceptibilidad.
Dificultad de concentración.
Ansiedad.
Cansancio, etc.
No cabe duda de que todo ello afecta a la calidad de la actividad sexual, pero hay que asumir el cambio adaptándose a las nuevas exigencias del propio organismo.
Sexo y menopausia
Llegada la menopausia se necesita más tiempo para llegar a la fase de excitación y que la vagina empiece a lubricar. La sequedad vaginal puede hacer que el coito sea doloroso o cuando menos incómodo, y que la perspectiva de una relación sexual condicionada por este hecho haga que la mujer pueda perder el interés por el sexo. La solución en este caso es sencilla: tomarse más tiempo para la estimulación y utilizar geles lubricantes, buscando siempre la satisfacción plena.
Vida sexual
La sexualidad después de la menopausia
La menopausia genera en el organismo de la mujer una serie de cambios hormonales que sin duda afectan a su vida sexual. El descenso en la producción de estrógenos puede generar:
Falta de deseo sexual.
Una menor lubricación vaginal.
Dolor durante el coito.
Una menor intensidad en la excitación y el orgasmo.
Aunque son graduales -el climaterio pasa por tres periodos: perimenopausia, menopausia y postmenopausia- el descenso en la producción hormonal genera una sintomatología que afecta directamente al deseo sexual:
Sofocos.
Sudores.
Palpitaciones.
Vértigos.
Mareos.
Dolores de cabeza.
Trastornos del sueño.
Atrofia genital.
Sequedad vaginal.
Pero también hay una sintomatología que va más allá de lo físico:
Irritabilidad.
Susceptibilidad.
Dificultad de concentración.
Ansiedad.
Cansancio, etc.
No cabe duda de que todo ello afecta a la calidad de la actividad sexual, pero hay que asumir el cambio adaptándose a las nuevas exigencias del propio organismo.
Sexo y menopausia
Llegada la menopausia se necesita más tiempo para llegar a la fase de excitación y que la vagina empiece a lubricar. La sequedad vaginal puede hacer que el coito sea doloroso o cuando menos incómodo, y que la perspectiva de una relación sexual condicionada por este hecho haga que la mujer pueda perder el interés por el sexo. La solución en este caso es sencilla: tomarse más tiempo para la estimulación y utilizar geles lubricantes, buscando siempre la satisfacción plena.
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