La navegación fluvial
Íbamos subiendo el brazo meridional del río, canal de unos cincuenta metros de anchura, bordeado de árboles inclinados sobre la corriente, hasta mojar en el agua sus desvaídos gajos, como en señal de homenaje. La ola que levantaba el buque se hacía espumas entre el ramaje tupido; detrás de esa barrera de verdura, en bloque macizo, el bosque de tagua. Una canoa, manejada por una mujer con su niño en brazos, bajaba a merced de la corriente. La velocidad con que se lanzaba sobre el buque, sumada con la de éste, que parecía no moverse, era vertiginosa. Detrás del buque, el río se retorcía al revuelo de la hélice… -¡Vamos a presenciar un naufragio! Con la imaginación, en un instante, nos forjamos la penosa escena: volcada la canoa, dispersos y nadando baúles, cestos y comestibles, y la mujer levantando en alto a su hijo, toda enredada en sus ropas y sacudida por el oleaje, sucumbiría en el horrible suplicio del ahogado, implorando a la tripulación del vapor un auxilio imposible, y el niño flotaría inerte sobre las olas. La mujer, indiferente a la gritería que salía de abordo, seguía canaleteando, ora por un costado, ora por el otro, para mantener su barquichuelo en línea. El instante era solemne, y la angustia, la compasión y el desaliento nos suspendían el resuello… De repente, un soberano golpe de remo, dado por aquella heroína, hizo virar bruscamente la barquilla de proa contra el costado del buque, como si fuera a acometerle: era el momento preciso del cruzamiento. La canoa cruzó como una exhalación, y la ola, por debajo de ella, en dirección perpendicular, apenas la hizo subir y bajar suavemente por sus flancos, como lo hiciera un delfín. A los pocos momentos, la naútica de aquel esquife infeliz se perdía de vista en las curvas del río, cantando la canción de la victoria. Un acontecimiento análogo presenciamos en el río Magdalena: solo que el héroe era un
niño negro también. A quien el capitán, desde cubierta, le aconsejaba que se retirara para salvarse de la ola fatídica. -“Eh, hombre, qué sabes tú!”- le replicó con altanería costeña el muchacho; y también salió victorioso con su estrategia.
Miguel Triana (1859-1931). Fragmento tomado del libro Por el sur de Colombia
1. Identifica en el texto los elementos narrativos:
Tema Narrador Personajes Tiempo Espacio
2. Desarrolla el esquema de la estructura narrativa en el texto.
Inicio Desarrollo Desenlace
Acciones que dan inicio a la historia. Conflicto o problema. Solución del conflicto o problema. Eventos finales que viven los personajes.
3. Realiza un mapa mental en donde sintetices la información sobre el género narrativo.
Respuestas
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MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LOS PUNTOS
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nose , ando consiguiendo puntos
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