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(Eclesiastés) nos dice que hay un tiempo para todo en esta vida. Así es como abre el tercer capítulo de su libro, con un enunciado preciso, claro y potente. Diferentes versiones lo traducen pero todas concuerdan en lo mismo: ¡TODO TIENE SU TIEMPO!
Y esto puede interpretarse de varias maneras, he aquí la mía:
El tiempo es un recurso dado por Dios a los humanos, es nuestro deber administrarlo correctamente, ¿por qué? Porque somos administradores de los recursos del Padre y algún día daremos cuenta de nuestra mayordomía (Mateo 25:14-30).
El tiempo es una oportunidad para crecer, desarrollarse, trabajar, prosperar; pero esto sólo será posible para quienes aprovechan bien el tiempo, no para los holgazanes que desperdician la oportunidad de ser mejores cada día. Pero una cosa es cierta, Dios no malgasta oportunidades, “si tú no aprecias el tiempo que Él te da entonces se lo brinda a otro más interesado que tú”.
El tiempo es una bendición universal ––todos tienen 24 horas al día, 1.440 minutos, 86.400 segundos––, pero no todos ocupan esa bendición de la misma manera, algunos lo hacen para bien otros para mal, pero la cantidad de tiempo es el mismo para todos: “Pues Él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos” Mateo 5:45.
La vida no se detiene, tiene etapas que van y vienen en un ciclo interminable, entender esto es crucial porque nos permitirá navegar por las diferentes estaciones de la existencia humana. Por eso el /predicador dijo que “todo tiene su tiempo”. Ejemplo: No te la puedes pasar todo el tiempo de luto, aunque duela la muerte de un ser querido la vida sigue y el luto debe dejarse para dar paso a la alegría, pero todo en su momento. Así mismo no te la puedes pasar todo el tiempo riendo aunque esto sea agradable, habrá momentos de tristeza, es parte de la vida…, todo en su tiempo. Procura no quedarte mucho en ciertas estaciones porque la vida te pasará de largo.
Cada cosa en su lugar, cada acción en su momento, cada hecho en su propio espacio; reconocer esto nos permitirá vivir la vida de manera ordenada, y el orden es un buen conductor hacia el éxito.
Dos pasajes bíblicos que deberíamos practicar: 1) Efesios 5:16, “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. 2) Colosenses 4:5, “andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo”.