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Las personas estamos acostumbradas a actuar en modo automático. Resulta más fácil y cómodo actuar reaccionando ante lo que nos sucede, que por el contrario actuar pensando, planificando y provocando que aquello que nos sucede sea lo que deseamos. Ser consciente de las cosas: pensar, planificar y recoger datos previamente nos resulta incómodo, requiere esfuerzo y exige un sacrificio cuyo precio muchas veces no estamos dispuestos a pagar: enfrentarnos y superar nuestras barreras mentales.
Tomamos las decisiones por impulso, guiados por nuestra mente emocional, nuestros miedos internos y nuestro ego. Aunque posteriormente nuestra mente racional se encarga de darnos una justificación lógica del por qué de cada decisión. Excusas y justificaciones siempre hay, son fáciles de encontrar si se buscan. Somos capaces de auto convencernos de cualquier cosa antes que tomar una decisión que nos obligue a salir de nuestra rutina, que suponga enfrentarnos a uno de nuestros miedos internos, o simplemente que sea diferente a lo que conocemos. Todo antes que ser consciente de las cosas y del por qué de nuestros resultados en la vida.
Vivimos sometidos a un vaivén emocional movido por las personas de nuestro entorno. Somos zarandeados de un lado a otro, pensamos, sentimos, decidimos y actuamos de forma muy poco consciente por la influencia de otras personas. Hasta el punto de que muy pocas de nuestras decisiones son tomadas con consciencia. Casi nada de lo que decidimos es planificado por nosotros ni está alineado con nuestros deseos profundos.
Y esto ocurre porque no somos totalmente conscientes de nosotros mismos. No nos incluimos en el contexto de las cosas. Vemos solo lo que tenemos delante y nosotros no estamos delante. Deberíamos pensar en nosotros mismos, como si nos viéramos desde un metro por detrás. Ser conscientes de cómo nos influyen las personas del entorno, nuestros miedos inconscientes y nuestro propio ego, llevándonos por un camino que no nos beneficia en nada.
Deberíamos comprometernos con nosotros mismos a hacer aquello que deseamos, aquello que amamos. Pero respondemos mejor ante nuestros compromisos con los demás que ante nuestros compromisos con nosotros mismos.
Tener consciencia, significa que me veo a mi en lo que estoy haciendo. Pero no ver desde mis ojos, sino desde atrás, me veo a mi en el contexto. Significa también ser consciente de aquello en lo que estoy pensando, reflexionar y hacerme preguntas: ¿Me beneficia lo que hago para obtener aquello en lo que estoy pensando? Si la respuesta es no, ¿Por qué lo hago entonces? Si no me beneficia lo que hago debería dejar de hacerlo inmediatamente. Pero ni siquiera nos hacemos esa sencilla pregunta. Manda más el ego que la razón en nosotros.
Es preferible dejar de pensar en lo que no deseo, y centrarme en pensar en cosas relacionadas con la abundancia y con lo que quiero que me suceda. Tomar consciencia de mis pensamientos y mis emociones y oponerme todos los días a cada pensamiento negativo. Preferimos adoptar una actitud de víctima en lugar de tomar consciencia y dedicarnos a estudiar y entender qué está pasando en nuestra vida. Todo lo que me ocurre… ¿Por qué me ocurre? Cometemos el mayor de los errores cuando buscamos la culpabilidad fuera y no dentro de nosotros mismos. Elegimos vivir desde el autoengaño, el victimismo y las excusas en vez de vivir desde la consciencia plena. La mejor posibilidad que tenemos de mejorar nuestra realidad es ser conscientes de lo que nos está pasando a cada momento.
No existe lo bueno y malo, solo existen aprendizajes. Cuando en vez de quejarnos, nos dedicamos a aprender, adquirimos consciencia y la consciencia conduce inevitablemente a la abundancia y a la consecución de resultados.
Deberíamos tomar consciencia de que el éxito es un resultado de lo que hacemos, todo en la vida es un resultado, lo único que necesitamos es activar las causas para obtener un resultado. Por tanto, que nos sucedan las cosas que deseamos depende únicamente de que seamos capaces de activar las causas. Pero en lugar de ello preferimos buscar culpables fuera y ser víctimas. Una sociedad que no sabe ser consciente de las cosas y que vive desde el victimismo es una sociedad que no avanza.
Aprende a ser consciente de las cosas que te rodean, a comprometerte contigo mismo y a salir del piloto automático que dirige tu vida, para acercarte a tus metas.
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Explicación:
espero te ayude ^^
Respuesta:
siiii
Explicación:
porq debemos de pensar primero en q vamos a hacer y ver si tiene causas positivas o negativas,asi q siii