Respuestas
Explicación:
En la Argentina, construir una democracia fue el objetivo de muchos esfuerzos fallidos. Esa empresa comenzó en 1916, cuando los argentinos pudieron por primera vez elegir libremente a quienes habrían de gobernarlos. "Quiera el pueblo votar", dijo el entonces presidente Sáenz Peña.
El pueblo eligió entonces a Hipólito Yrigoyen y al radicalismo. El desenlace no fue el esperado por los reformadores del orden oligárquico que buscaban legitimarse en el poder y eso selló la suerte del nuevo gobierno: un golpe militar puso fin en 1930 a esa primera experiencia de régimen democrático. Fraude electoral y proscripción signaron los años que transcurrieron desde entonces hasta 1946, año en que elecciones limpias y custodiadas por las Fuerzas Armadas entronizaron a Perón en el poder. Se inauguró así una década en la que se buscó imponer la unanimidad y se condenó toda oposición, ya sea con la censura de la opinión o con la cárcel. El pluralismo fue despreciado en nombre de una democracia sustantiva garante de la justicia social. El golpe militar de 1955, apoyado por diversos sectores de la ciudadanía, puso fin a los años del peronismo en el poder, pero volvió a instaurar la persecución política y la proscripción. En ese contexto de restricciones a las libertades, los argentinos volvieron a votar y eligieron, en 1958, a Frondizi, y en 1963, a Illia.
Los intentos de ambos presidentes por levantar la proscripción del peronismo fracasaron. En 1966, un nuevo golpe militar, con el acompañamiento de importantes franjas de la sociedad, restauró la tutela militar. En 1973, nuevamente la soberanía popular pudo expresarse y los militares se retiraron a los cuarteles, luego de la fracasada empresa de voluntad franquista que el general Juan Carlos Onganía había procurado imponer sin éxito, y del interregno de un año del general Roberto Levingston.
Sin embargo, la Argentina de esa época era ya una sociedad desgarrada por la violencia política generada por las pasiones desatadas por reiteradas frustraciones y desencuentros. El golpe de 1976 fue recibido con resignación y alivio por una opinión pública deseosa de recuperar un orden. Comenzó entonces la historia del otro horror que siguió al de la Triple A. Tras la debacle en la aventura militar de la guerra por recuperar las Malvinas, en 1983, la democracia volvió a instalarse y condenó a los principales responsables políticos de la última dictadura militar, un hecho sin parangón en el mundo.