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Respuesta: EL NEOLIBERALISMO Y EL ESTADO ASISTENCIALISTA
El rechazo de los neoliberales o «anti-colectivistas»1 - representados por Hayek y Friedman - al estado de bienestar se deriva de los valores que sustenta esta concepción ideológica, a saber, la libertad individual y la desigualdad. Es abiertamente anti-igualitarista ya que postula que la competencia individual en el mercado libre corrige todos los males económicos y sociales y que la desigualdad es la fuerza motora de la competencia e iniciativa individual. Su antiestatismo consiste, por una parte, en limitar la acción estatal en la economía, tanto en su planeación y conducción como en cuanto agente económico directo, y, por el otro, en reducir sus funciones relacionadas con el bienestar social. Los neoliberales plantean alcanzar el bienestar social estimulando las acciones de la familia, la comunidad y los servicios privados que para ellos son las fuentes «naturales» del bienestar social.
Por ello, el Estado sólo debe actuar cuando estos actores fallan y garantizan un mínimo para aliviar la pobreza y producir los servicios que los privados no pueden o quieren producir. Propugnan, pues, un estado asistencialista y no de bienestar. En el terreno particular de la salud rechazan la producción pública de servicios de salud gratuitos.
EL ESTADO COMO GARANTE DE UN MÍNIMO DE BIENESTAR SOCIAL
El bloque defensor o promotor del Estado de bienestar puede, esquemáticamente, ser dividido en dos grandes posiciones, a saber, los «colectivistas renuentes» y los «Fabianos». Los primeros, cuyos representantes más conocidos son Keynes, Beveridge y Galbright y cuya expresión política es la social democracia conservadora, suscriben los valores de la libertad individual, el individualismo y la empresa privada competitiva pero son ante todo pragmáticos. Aceptan la acción estatal en el terreno del bienestar social en cuanto confieren al Estado la responsabilidad de tender una red de seguridad contra la privación social y garantizar un esquema básico de bienestar para los individuos. Este se concibe a veces como un mínimo social y a veces en función de la pobreza relativa de los grupos «subprivilegiados».
Fiel a su idea de economía mixta la extiende al terreno del bienestar social aceptando un esquema mixto público-privado de seguros y producción de servicios. En el debate de los últimos ans han introducido consideraciones sobre la necesidad de descentralizar y democratizar la planeación y el control de las acciones públicas de bienestar y reducir el papel del gobierno central a la provisión de los servivios sociales.
LOS DERECHOS SOCIALES, EL BIEN COLECTIVO Y LA IGUALDAD
La segunda gran posición dentro del bloque defensor del Estado de bienestar agrupa a aquellos que lo abrazan sin reservas en el marco de los valores del bien colectivo y la igualdad. Los valores del bien colectivo y la igualdad llevan a una concepción de bienestar basada en la idea de que la sociedad -la colectividad- debe responsabilizarse de proveer y garantizar un nivel satisfactorio e igual de bienestar social para todos sus miembros. Esta posición sostiene, pues, como principio que la esfera del bienestar social pertenece a la cosa pública y como tal es que-hacer estatal. Por otra parte, en cuanto los derechos sociales significan la satisfacción de ciertos niveles de bienestar, determinados por las condiciones sociales imperantes, no deben restringirse a un mínimo sino que pueden y deben expandirse y garantizar una «Vida Buena».