Respuestas
Respuesta:
En la Argentina, el Estado financió, construyó y operó los ferrocarriles estatales guiados por un criterio de subsidiariedad hasta el primer gobierno de Yrigoyen (1916-1922) en que se introdujeron cambios y se modificó parcialmente la orientación de la política ferroviaria. Los Ferrocarriles del Estado contribuyeron al desarrollo de la ciencia, su demanda de profesionales ayudó a la formación del campo profesional de los ingenieros y la conexión de las capitales de las provincias del centro y norte facilitó las comunicaciones y las tareas científicas, en particular aquellas que estudiaron las enfermedades endémicas del país.
Explicación:
Desde la segunda mitad del siglo XIX el Estado tuvo a su cargo la mayor parte de las obras públicas a cargo de fondos públicos y construyó ferrocarriles en las provincias donde no llegaban las empresas privadas; a principios del siglo XX extendió las vías férreas a los Territorios Nacionales con el objetivo de garantizar un servicio de transporte para el fomento de las actividades económicas y para conectar todas las capitales provinciales y las principales ciudades entre sí y con la capital de la república. En esta tarea, los ingenieros y técnicos fueron necesarios en el estudio y en la construcción de las líneas. Ante la necesidad de profesionales formados, el gobierno nacional contrató ingenieros europeos en las décadas de 1860 y 1870, entre otros, italianos y escandinavos, hasta que se formaron en el país. Esta demanda ayudó a la construcción y consolidación de ese campo del conocimiento en el país. Una vez que los ferrocarriles estaban en marcha, estos ingenieros y técnicos fueron esenciales para mantenerlos operativos facilitando las comunicaciones y cumpliendo con los objetivos que se habían proyectado. Por otra parte, las vías férreas facilitaron otras actividades y contribuyeron a la tarea de los hombres de ciencia, como en el caso del doctor Salvador Mazza.
Cabe mencionar que los inicios del ferrocarril y el crecimiento de su red han sido objeto de estudios con mucha frecuencia. A los trabajos clásicos como los de Raúl Scalabrini Ortiz (1986) y Ricardo Ortiz (1946) que han orientado sus escritos sobre la influencia monopólica de los ferrocarriles de capital privado en la economía argentina, le siguen los que han profundizado los aspectos de las inversiones privadas con el aporte de diferentes fuentes y visiones. Otros trabajos tratan el papel del Estado en los ferrocarriles y han puesto la mirada en su desempeño como actor en la construcción ferroviaria hasta fines de 1880. Otros lo han abordado su relación con las empresas privadas (Zalduendo, 1975; Vera de Flachs, 1982; García Heras, 1983; Lewis, 1983; López, 1991, 1994, 2000; Palermo, 2001a, 2001b; Regalsky, 2002; Schvarzer, Gomez, 2006).
Explicación:
En la Argentina, el Estado financió, construyó y operó los ferrocarriles estatales guiados por un criterio de subsidiariedad hasta el primer gobierno de Yrigoyen (1916-1922) en que se introdujeron cambios y se modificó parcialmente la orientación de la política ferroviaria. Los Ferrocarriles del Estado contribuyeron al desarrollo de la ciencia, su demanda de profesionales ayudó a la formación del campo profesional de los ingenieros y la conexión de las capitales de las provincias del centro y norte facilitó las comunicaciones y las tareas científicas, en particular aquellas que estudiaron las enferm