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Los colombianos no tienen cultura de ahorro a largo plazo. A esa conclusión llegaron los ponentes del Segundo Foro Nacional de Ahorro y Planeación Financiera, realizado por Skandia Colombia en asocio con Anif, en donde analizaron las implicaciones del ahorro en la economía del país.
Gastar vs. ahorrar En el período comprendido entre enero y abril de 2.010 la rentabilidad mínima obligatoria del portafolio de corto plazo fue de 1,82% efectivo anual, mientras que la del portafolio de largo plazo fue de 8,82% Foto: María Antonia Pardo
El diagnóstico es claro, conciso y concreto: los colombianos no ahorran. El 80% porque no tiene capacidad para hacerlo, el 20% restante (que sí tiene capacidad para hacerlo), se conforma con ahorrar lo que le deducen obligatoriamente y no todo lo que está en capacidad real de ahorrar de acuerdo con sus ingresos. Este comportamiento evidencia la falta de cultura del ahorro por parte de los colombianos y la falta de previsión, pues la mayoría prefiere gastar todo en el presente (hasta más de lo que se tiene) y dejar para después la planeación financiera para el futuro.
Al foro asistieron Santiago García, Vicepresidente de Skandia Colombia; Sergio Clavijo, Presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif); Luis Fernando Alarcón, Presidente de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (Asofondos); Roberto Junguito, Presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) y Ligia Helena Borrero, Supervisora de la Superintendencia Financiera de Colombia.
En su ponencia, Santiago García explicó que si bien es cierto que sólo el 20% de los colombianos (entre los 41 millones que viven en el país) tiene capacidad real de ahorro de acuerdo a su nivel de ingresos, también es cierto que esos pocos que pueden ahorrar no lo hacen al tope de sus posibilidades.
De hecho, ese 20% que devenga ingresos superiores a $1,6 millones estuvo en capacidad de ahorrar el año pasado una cifra cercana a $25 billones, pero sólo ahorró $3.6 billones, cifra que representa la suma de dinero que reposaba en los Fondos Voluntarios de Pensiones de AFP y Fiduciarias, los Fondos Comunes Ordinarios (personas naturales) y los Fondos de Valores de Sociedades Comisionistas de Bolsa.
Para García, la explicación es sencilla: “el ahorro es como el ejercicio, los beneficios se ven en el largo plazo, pero los costos se ven en el presente. La gente sabe que es bueno ahorrar, pero prefiere no hacerlo porque no está dentro de sus prioridades inmediatas como vivienda, salud o educación. Y como es normal que el colombiano piense más en el presente que en el futuro (y sobre el futuro suele ser demasiado optimista) el ahorro ocupa el quinto lugar dentro de sus preocupaciones financieras”.
Es posible entonces comprender por qué Colombia ocupa el segundo lugar dentro de los países que menos ahorran (después de Uruguay y seguido por Estados Unidos) de una lista de 46 países con un promedio de ahorro de 22% del PIB. Si se compara la situación de China con la colombiana, la diferencia es abrumadora: en ese país asiático la gente ahorra el equivalente al 50% del PIB, mientras que el ahorro privado en Colombia representa el 17% del producto interno bruto. El problema de este fenómeno es que para muchos analistas económicos el ahorro es uno de los motores del desarrollo y cuando el ahorro privado es bajo, el país entra a depender del ahorro público y del ahorro externo (que es altamente inestable y volátil) para financiar sus gastos futuros.
Según Roberto Junguito, el caso de Estados Unidos es el típico ejemplo de dependencia de un país en el ahorro externo, pero con la diferencia que todos los inversionistas del mundo quieren llevar su plata allá, mientras que Colombia, especialmente en las décadas pasadas, ha tenido serias dificultades para atraer capitales. Por eso para Junguito, los países ricos pueden dejar de ahorrar porque ya lo hicieron en el pasado. Pero los pobres no pueden darse ese lujo: “entre más pobre es un país, más debe ahorrar porque el ahorro financia la inversión y la inversión es el gran autocontrol.
Explicación:
Guardar una parte de los bienes destinados al gasto ordinario.
"quiere ahorrar dinero para comprarse una moto"
2.
verbo transitivo · verbo pronominal
Evitar gasto innecesario de dinero, tiempo u otra cosa.
Hacer que una cosa se deteriore, desaparecezca o se destruya por el uso.
2.
Usar el dinero en alguna cosa.