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SE OBJETA MUCHA S VECES A los modelos que establecen el concep-
to de "reproducción social o cultural'' que la misma lógica de su
construcción les impide dar cuenta del "cambio histórico", lo
que es, sin embargo, lo que la historia propone de manera más
evidente a la observación.
Ante esta crítica, los teóricos que acuden a la noción de sis-
tema (y por consecuencia a la idea de reproducción en el tiempo
de un estado o de un equilibrio) se defienden las más de las veces
introduciendo en sus modelos descriptivos contradicciones in-
ternas con el fin de explicar la transformación de los sistemas.
Repite el procedimiento clásico de Marx, quien inscribía en la
estructura misma una contradicción central (a la vez económica
y sociológica) que conducía necesariamente el funcionamiento
del sistema a la "crisis" de funcionamiento y a su superación
histórica. Marxistas o no, muchas son las descripciones que bus-
can en las "tensiones", los "fallos", los "disfuncionamientos"
internos de un sistema social o cultural, el motor de su cambio
histórico, la clave de la transición del equilibrio sincrónico a la
evolución diacrónica.
Aquí se quiere sugerir un uso completamente distinto del
concepto teórico de "reproducción", apoyándose en una crítica
a la noción de "contradicción interna" concebida indisociable
ticas sociales de "la acción escolar" con "la reproducción de la
estructura de clase" y la "disimulación" o la "legitimación" de
esta reproducción: hechos empíricos, que parecían no tener
vínculos o que no se hubiera pensado en describir, aparecen en
su interdependencia sistemática, cuando se los reconstruye den-
tro de un modelo reproductivo. Pero se trata esencialmente de
responder a las objeciones que el texto de 1971 había suscitado
(especialmente a la objeción de "funcionalismo extremista" o
de "funcionalismo de lo peor") mostrando que esas objeciones
descansan sobre una interpretación del modelo de la reproduc-
ción que desconoce que su función teórica de descripción de
una realidad histórica se ejerce dentro de los límites de las hipó-
tesis de construcción del modelo. La autonomía metodológica
de las relaciones entre "acción escolar" y "reproducción de la
diferenciación social" que permite la construcción de estas rela-
ciones en sistemas (y, de ahí, que permite comprender la fuerza
reproductiva que deben a su funcionamiento sistemático), no
debe hacer olvidar que este sistema de reproducción tiene un
"exterior", o lo que es lo mismo, que su perfección sistemática
no es obtenida más que por la transición hacia un punto límite.
El análisis de la escuela como sistema de reproducción y de auto-
reproducción, no excluye sino que requiere el análisis de lo que
queda fuera del modelo, es decir, la historia social de la Escuela
y la historia de las relaciones de clase.
A decir verdad, en el texto de 1971 son dos modelos de re-
producción sociocultural (teóricamente independientes) los que
eran utilizados para dar cuenta de los vínculos históricamente
tejidos desde el siglo xix entre a) la acción autorreproductora
de la Escuela y b) la continuidad intergeneracional de las estruc-
turas más generales de la repartición de las desigualdades sociales
y culturales entre grupos en una sociedad de clases. Aunque los
autores de La reproduction se vieron conducidos en este texto
(para describir mejor el fortalecimiento recíproco que cada una
de estas dos mecánicas reproductoras obtenían de su encuentro
con la otra) a presentar como un cuasi sistema su acomodamiento
mutuo, son en realidad dos modelos distintos de reproducción
los que eran empleados, y esto por el simple hecho de que la
historia ha permitido muchas veces verlos funcionar por separa-
do. El primer modelo da cuenta de la fuerza de autorreproduc-
ción de los sistemas de enseñanza al relacionar los rasgos de la