Respuestas
Respuesta:
na Araña cualquiera
enredaba una mosca, cuidadosa
de que no se le fuera,
teniéndola por útil y sabrosa
para obsequiar con gusto a una arañita
que esperaba a la noche de visita.
Con un hilo y otro hilo
al insectillo ataba diligente,
cuando un buen Chichicuilo
a observarla llegó por accidente,
y haciendo del sensible y compasivo,
así le dijo con acento altivo:
—Araña cruel, tirana;
monstruo de las arañas, fementida;
Araña vil, insana,
¿por qué a esa mosca privas de la vida?
¿Qué te ha hecho la infeliz, en qué te daña,
para que no se libre de tu saña?
¡Ay! ¡pobre animalito!
¡triste de ti, que sufres y padeces
la muerte sin delito!
¡Cuánto en tu situación me compadeces!
¡Quién gavilán o girifalte fuera
para librarte de esa bestia fiera!
—Señor Chichicuilote
—dijo la Araña en tono malicioso—,
admiro que me note
que yo una mosca enrede. Es muy piadoso.
Mas si en mí coger una me condenas,
¿tú por qué te las comes en docenas?
Miróse convencido
de más tirano el Chichicuilo. Calla,
se retira fruncido,
y dice: —No hay qué hacer: aquel que se halla
plagado de delitos criminales
no debe reprehender faltas veniales.
Explicación: