Cómo surgieron las 13 colonias norteamericanas
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Historia
Los holandeses estuvieron entre los primeros en establecer asentamientos en Norteamérica después de que Henry Hudson, explorador inglés contratado por los holandeses, descubrió en 1609 el río que lleva su nombre. A los pocos años, los holandeses ya habían establecido la colonia Nueva Holanda en tierra firme, la cual se extendía desde la desembocadura del río Hudson y seguía hacia el norte hasta Albany, Nueva York.
Los nombres actuales de isla Staten y Harlem nos recuerdan que fueron los holandeses los que se asentaron primero en el valle del río Hudson. En la segunda mitad del siglo XVII, la competencia entre los ingleses y franceses, y los años en pugna con estos rivales ocasionaron el deterioro del imperio comercial holandés. En 1664, los ingleses capturaron la colonia de Nueva Holanda y le cambiaron el nombre a Nueva York.
Poco tiempo después, la Dutch West India Company se declaró en bancarrota. Mientras tanto, los ingleses habían empezado a establecer sus propias colonias en América del Norte. El primer asentamiento permanente inglés en América fue Jamestown, fundado en 1607 en la moderna Virginia. Apenas si sobrevivió, lo cual hizo evidente que la colonización de tierras americanas no necesariamente generaba beneficios rápidos. Pero el deseo de practicar la religión propia, junto con el interés económico, condujo la colonización al éxito, como lo demostró la Massachusetts Bay Company.
La colonia de Massachusetts constaba, en sus primeros años, de cuatro mil pobladores, pero en 1660 llegaban a cuarenta mil. Para finales del siglo XVII los ingleses controlaban la mayor parte de lo que es actualmente la línea costera del este de Estados Unidos.
La América del Norte británica se componía de trece prósperas colonias, que se poblaron con rapidez, de modo que en 1750 las habitaban alrededor de un millón y medio de personas. Aunque administradas por el British Board of Trade, el Royal Council y el Parlamento, estas trece colonias tenían legislaturas que tendían a actuar de manera independiente. Los comerciantes de puertos como Boston, Filadelfia, Nueva York y Charleston resentían y resistieron las regulaciones del gobierno británico.
Durante la primera mitad del siglo XVIII, las colonias inglesas en América del Norte experimentaron una importante expansión, marcada por el aumento de su población, del comercio exterior y de la superficie ocupada. A pesar de que esta última se triplicó, todavía hacia el año 1775 las tierras efectivamente colonizadas sólo bordeaban la costa, desde el norte de la península de Florida hasta Massachusetts, y apenas avanzaban unos 150 Km. hacia el interior del territorio. Sólo en algunos pocos puntos se había superado la barrera geográfica que significaba la cadena montañosa de los Apalaches. El Río Mississippi también estaba muy lejos de alcanzarse, aunque los franceses ya habían establecido algunos asentamientos sobre sus costas.
El territorio dominado por los indios comenzaba cerca de la costa del Océano Atlántico. Al oeste de los Apalaches se abría la "frontera", hacia donde se dirigían grupos humanos. Este movimiento de hombres hacia el interior del territorio, que continuó durante casi un siglo, ha provisto el material para miles de novelas y películas de cazadores, montañeses y cowboys; su historia fue también la del exterminio de las tribus indias.