¿Cuál es la opinión del autor respecto a la imposición de los patrones culturales de los conquistadores durante el virreinato?
_¿El encuentro cultural es siempre negativo para las sociedades afectadas?
Desde la época de la Conquista, los autores que pertenecen al partido proespañol no dejan de insistir en los beneficios traídos por los españoles [. . .] y con frecuencia encontramos estas enumeraciones: los españoles suprimieron los sacrificios humanos, el canibalismo, la poligamia, la homosexualidad, y trajeron el cristianismo, el vestido europeo, ciertos animales domésticos, instrumentos [. . .].
[Más aún] no se trata de juzgar el contenido positivo o negativo de una influencia en cuestión, [pues] correríamos el riesgo de no ponernos nunca de acuerdo, de tan complejas que son las cosas. [...] Un pequeño ejemplo podría hacernos reflexionar [al respecto]: es un episodio relatado por Cortés en su expedición a Honduras: "Y ofrecióse que un español halló un indio de los que traía en su compañía, natural de estas partes de México, comiendo un pedazo de carne de un indio que mataron en aquel pueblo cuando entraron en él, y vinomelo a decir; y [. . .] le hice quemar [. . .]". Los cristianos se indignan por los casos de canibalismo; la introducción del cristianismo lleva a suprimirlos. Pero, para lograrlo, ¡hay hombres a los que queman vivos! [. . .] la instancia penal realiza el mismo acto que condena, mata para impedir que se mate. [. . .] En cambio, es posible establecer un criterio ético para juzgar la forma de las influencias: lo esencial, diría yo, es saber si son impuestas o propuestas. La cristianización, al igual que la exportación de cualquier ideología o técnica, es condenable en el momento mismo en que es impuesta, ya sea por las armas o de otra manera. [. . .] Nadie les preguntó a los indios si querían la rueda, o los telares, o las fraguas, fueron obligados a aceptarlos; ahí reside la violencia, y no depende de la utilidad que puedan o no tener esos objetos. [. . .]
No es necesario encerrarse en una alternativa estéril: o justificar las guerras coloniales (en nombre de la superioridad de la civilización occidental), o rehusar toda integración con el extranjero, en nombre de [preservar] la identidad [cultural]. La comunicación no violenta existe, y se la puede defender como un valor. (Todorov, 1998, pp. 190- 192).
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Según Todorov:
"Es posible establecer un criterio ético para juzgar la forma de las influencias: saber si son impuestas o propuestas. Es condenable en el momento mismo en que es impuesta".
Para el autor, la imposición de los patrones culturales de los conquistadores durante el virreinato fueron actos condenables, por ser impuestos, según su criterio ético.
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