Respuestas
Respuesta:
el cuerpo activa las defensas habituales para luchar contra el virus. Esto implica la activación de interferones, grupos de proteínas encargadas de interferir en la multiplicación del virus y así disminuir su peligro. Los interferones también mandan señales para activar otras células defensivas, y así controlar la infección.
Esta respuesta inicial es la que provoca los síntomas leves, como fiebre o tos, que sirven para alertar al cuerpo del ataque y para intentar expulsar los virus, respectivamente. Esto explica también el período que pasa entre que el virus entra en el cuerpo y los primeros síntomas, el tiempo de incubación, que ha dificultado el control de la pandemia.
La respuesta de los interferones proporciona tiempo al resto de defensas inmunitarias para actuar. La segunda línea de defensas incluye anticuerpos específicamente víricos y células T, que atacan directamente al virus. Estas células son las que evitan volver a infectarse una vez superado el virus.
Sin embargo, en algunas ocasiones el virus se puede multiplicar y extender por el cuerpo antes de que el sistema inmunitario pueda reaccionar. Esto ocurre cuando una gran cantidad de virus ha infectado el cuerpo, como puede ser el caso de los sanitarios expuestos constantemente al coronavirus; o bien cuando las defensas inmunitarias del paciente están debilitadas, como ocurre con la población de riesgo.
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