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Existe un acuerdo casi unánime entre aquellos estudiosos que han investigado la compleja realidad de la guerra: el creciente papel que tiene la gestión de la información pública en el desarrollo de los conflictos bélicos (Libicki, 1995; Alberts et al., 2001, Armistead, 2004). Esta preponderancia se manifestó en algunos de los conflictos de la década de los noventa, como la llamada Guerra del Golfo, y en los de la antigua Yugoslavia y Kosovo. A pesar de que en ellos la gestión de la información jugó un papel destacado en la estrategia de los contendientes, el desenlace de estos conflictos estuvo vinculado a los tradicionales elementos del "poder duro", según la distinción de Josehp Nye (1990). Sin embargo, en los últimos años, hemos podido asistir a un acelerado incremento de la importancia del componente "inmaterial" de la guerra. La generalización y sofisticación de las nuevas tecnologías de la información, junto con la aparición de una nueva tipología de conflicto caracterizado por la asimetría en la naturaleza y fines de los contendientes, han situado a la dimensión informativa de los conflictos en el lugar central de toda reflexión sobre la naturaleza de las guerras del presente y el futuro.
El análisis detallado de este nuevo contexto en el cual tienen lugar los enfrentamientos armados hace necesario replantear los tradicionales cálculos en torno al papel de la información en los conflictos (Berkowitz, 2003). Con objeto de llevar a cabo este propósito, en el presente artículo realizamos una revisión de los principales enfoques teóricos en torno a la gestión estratégica de la información. Como se verá más adelante, todos ellos se caracterizan por las complejas relaciones que se pueden establecer entre las instituciones estatales (principalmente el ejército) y los medios de comunicación de masas. La nueva tipología de los conflictos bélicos y el entorno social y tecnológico en el cual se desenvuelven nos llevan a pensar que estos enfoques han quedado mayoritariamente superados. En el presente trabajo, planteamos la hipótesis de que los Estado-nación tienen una serie de limitaciones estructurales para adaptar su estrategia a los requerimientos de la nueva dimensión informativa de los conflictos bélicos; algo que no sucede con los adversarios asimétricos, los cuales, podrían estar dotados de una serie de características que les permitan explotar todas las potencialidades de la sociedad de la información.
A tal fin, primeramente, analizaremos cómo se ha gestionado la información pública durante los conflictos armados más tradicionales. Luego, revisaremos la concepción de conflicto asimétrico y sus implicaciones informacionales y, por último, veremos la gestión de dichos aspectos después de los conflictos de Irak y, en menor medida, de Afganistán.
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